Espinea Corona

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– Mi cabeza da vueltas. –

A pocos segundos de despertar su cabeza ardió con fervor, intentando tocarla de pronto se vio interrumpido por el sonido de unas cadenas.

– ¿Eh? –

Aether miró hacia sus manos, aquellas cuyo esposas estaban contra su muñeca le impedían moverse. intentó forzar su liberación al crujir los dientes e hacer fuerza en sus brazos pero lo único que conseguía era mover un poco la cama sin conseguir nada.

– Es inútil. tendré que usar una consonancia. –

Se concentró abriendo su mano lo suficiente, consiguiendo generar una pequeña corriente de viento el viento Anemo se concentraba en su mano cómo una esfera.

WINDBLADE.

De pronto un frío cortante entró a la habitación, cuándo intentó liberar la presión Anemo sintió su mejilla cortandose finamente por el filo de una lanza cryo rozando su mejilla e estrellándose en la pared.

– Ni se te ocurra. –

Aether se asustó por la presión de la voz, cerrando su puño con violencia deshaciendo su ataque él comenzó a respirar entre cortado.

– Veo que despertaste con energías, si es así no tendremos problemas en en lo siguiente. –

Las prendas blancas de la mujer se desprendieron cayendo al suelo, su cuerpo torneado de maravillosas curvas cubierto únicamente por su ropa de encaje negra se hizo presente captando la mirada del chico. su piel se veía suave aunque pálida, lo más destacable eran las diversas cicatrices e heridas visibles sobre su cuerpo curveado.

Ella camino moviendo sus caderas, gateando en la cama mientras Aether se quedaba inmóvil con cizaña. Rosaria se detuvo al momento de estar su rostro contra el suyo, dejando reposar sus glúteos sobre el abdomen del chico dejó caer su ligero peso. lo veía con desprecio desde la altura que tenía.

– No hay nada más despreciable qué dañar el cuerpo de una diaconisa sagrada. –

Las garras afiladas que había en sus uñas cortaron finamente la mejilla de Aether haciéndole cerrar sus ojos. la sangre broto cómo un hilo cayendo a la cama, su respiración volvió a ser pesada mientras la mujer sonreía por esta acción.

– Tienes miedo ¿cierto?, imagina el miedo que sintió Bárbara cuándo se vio manoseada por la persona que consideraba su héroe. idolatraba las creencias que tenía sobre ti; cómo ayudaste el pueblo con tu amabilidad y la liberaste del temor de nunca mantener estas calles con paz. –

Las palabras cortantes de Rosaria entraron en su cabeza con remordimiento, las manos cerradas con violencia comenzaron a temblar al pensar en lo que había hecho, Amber, Bárbara, Ying'er.

– Vamos, no pongas esa dulce cara. yo solo decía.. –

La mujer le volvió a sonreír con morbo retrocediendo un poco, provocando que su trasero se frote levemente contra la entrepierna del viajero.

– Porque divertirte con una niña.. cuándo podrías hacerlo con una mujer. –

Las firmes caderas de la mujer se movieron en círculo moldeando sus intimidades por arriba de su ropa, sintiendo el calor de ambos ascender por su respiración profunda Rosaria desprendió su sujetador dejando sus senos al aire.

Aether lagrimeaba un poco, a pesar de sentirse bien sintiendo un hormigueo en su miembro no podía dejarse de culpar. cerró sus ojos violentamente mientras Rosaria parecía sonreír de manera extasiada acariciandose el busto con anhelo.

Morbo y adicción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora