Día 26: Afortunado

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#AUModerno

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Lan WangJi es una persona precavida.

Todas las mañanas revisa el pronóstico del tiempo y toma acciones acordes a ello antes de ir a la oficina. Lo vuelve a revisar en la hora del almuerzo, porque sabe que una variación es siempre una posibilidad.

Entonces, él siempre está preparado para días de lluvia como estos.

Se acomoda la bufanda y abre su paraguas frente a la puerta de cristal del edificio.

Una vez fuera, ve a muchas personas caminando, apresuradas, en busca de resguardo. La lluvia ya ha cubierto gran parte del pavimento. Pronto, lo abarcará todo.

La gente que transita las calles se incrementa con cada segundo. Nuevas personas se suman a la carrera de volver a casa. Algunos llevan paraguas, otros tienen sus maletines sobre sus cabezas y uno que otro, está usando su abrigo como protección.

Incluso detrás de él, sus compañeros de trabajo salen apresurados. Nadie quiere permanecer en las calles durante un mal clima.

Lan WangJi avanza con pasos firmes y cuidadosos entre la multitud. No está dispuesto a resbalar y tampoco tiene tanta prisa como los demás. Sabe lo caótico que es tratar de ocupar un taxi en estas circunstancias por experiencia y no es algo que desee repetir. Tomar el autobús, no es opción, es aún peor.

Sabe que en media hora y con el avance de la noche, la gente en las calles disminuirá. Justo el tiempo que le tomará pasar por la tienda de comestibles más cercana a su lugar de trabajo y surtirse de lo faltante que notó en su despensa esta mañana.

Trata de mantener su espacio personal y salvar su pantalón y zapatos lo mejor que puede de las salpicaduras. Una tarea casi titánica con este escenario, pero de todas maneras lo intenta.

Cuando está frente a su destino temporal, algo, no, alguien, llama su atención.

Una silueta negra está corriendo mientras cruza la pista desde la otra calle.

Corre incluso entre el mar de gente, sorteándolos con facilidad, fluye entre todos los transeúntes como si estuviera en su elemento.

A medida que este hombre se acerca, Lan WangJi obtiene más detalles de él. Lleva un sweater negro que se ve muy proco abrigador, un pantalón oscuro de vestir con la basta salpicada de lodo prácticamente hasta las rodillas.

El hombre no tiene ninguna protección contra la lluvia. Está empapado desde la cabeza hasta los zapatos, que son por mucho, las mayores víctimas de este aguacero y de la imprudencia de su dueño.

Lan WangJi quiere alejarse de inmediato del peligro que representa esta persona, o crear una barrera confiable sobre sí. Pero reacciona demasiado tarde.

El hombre ya está prácticamente a la par con él y Lan WangJi está a punto de bajar su paraguas como escudo. La lluvia sería mil veces mejor al desastre andante que es este individuo.

Aprieta el mango del paraguas, preparándose, entonces, ve su rostro.

El hombre está sonriendo, incluso en esta situación y su estado, parece feliz y divertido mientras la lluvia lo baña sin contemplaciones. Mechones de su largo cabello están pegados a su cara. Su rostro, como era de esperarse, está mojado, la lluvia recorre como pequeños riachuelos sus pómulos. Sus pestañas tienen gotas atrapadas en ellas, sus labios brillan húmedos.

Lan WangJi siente que deja de respirar.

El hombre es hermoso. Un desastre, sí. Pero hermoso.

Mirándolo por el rabillo del ojo, el hombre pasa corriendo por el costado de Lan WangJi. Lo salpica en el proceso. Y luego, entra a la tienda.

Lan WangJi está paralizado en su posición. Puede ver al empleado de la tienda regañando al hombre e instándolo a escurrirse y secarse antes de ingresar aún más a la tienda.

El hombre mueve las manos mientras habla y sigue sonriendo. Esto último no lo ve Lan WangJi, pero algo en él le asegura es así.

Siente su rostro calentarse. Su corazón hace algo gracioso, un movimiento, como indicando un reconocimiento. Sus latidos retumban con fuerza en su pecho. La desconocida sensación de mariposas revoleteando en su estómago lo invade.

El claxon de un auto suena. Y eso, casi lo hace saltar.

Debe verse ridículo, parado con la boca ligeramente abierta frente a una tienda y un paraguas que cubre la mitad de su cuerpo de la lluvia. ¿En qué momento había sucedido eso? Ni siquiera sintió que su hombro izquierdo había empezado a humedecerse. Y no le importa.

Lan WangJi se aparta de la avenida y avanza hacia la tienda. El hombre ya no está en la entrada. Probablemente esté buscando lo que sea por lo que entró a este lugar.

Lan WangJi saca su celular y escribe un mensaje a su hermano. Llegará más tarde de lo esperado a casa.

No es propio de él ser impulsivo. Y nunca antes había hecho algo como esto. Mucho menos se creía capaz de hacerlo.

Pero ahora, él tiene que hacerlo.

Buscar al hombre, encontrarlo y conocerlo.

Necesita saber su nombre y presentarse. No puede permitirse perderlo.

Siente el ardiente calor de unos caracteres grabándose en su piel. En su muñeca izquierda.

Es doloroso.

Pero Lan WangJi no podría ser más feliz. Cierra en un puño su mano y la abre con fuerza una y otra vez hasta que el entumecimiento es mínimo.

Sabe lo que esto significa.

Está casi temblando con anticipación, cierra su paraguas mucho antes de ingresar a la tienda.

Y una vez en la entrada, se arma de valor y revisa su muñeca izquierda.

"Wei WuXian" En color rojo y caligrafía desordenada, está escrito allí.

Y debe de haberlo leído en voz alta, porque de inmediato, una voz se une a él.

—¿Lan WangJi?

Es el hombre de antes. Sonriente, le muestra su propia muñeca izquierda con el nombre de Lan WangJi allí escrito. En azul, su color favorito, y la caligrafía pulcra que reconoce como suya.

Lan WangJi, en un acto de reflejo, le muestra también su muñeca descubierta.

Y el hombre sonríe aún más.

—¡Eres mi alma gemela! —exclama con alegría.

Lan WangJi asiente y sonríe. Es sólo una leve inclinación de labios hacia arriba, pero, es quizá una de las más radiantes que ha mostrado. Porque lo es, es el alma gemela de este hombre y él la suya.

Lan WangJi siempre ha estado preparado para muchas cosas. Pero nada podría haberlo preparado para esto.

Para el día en que conocería a este hombre, no, se llama Wei WuXian, ahora lo sabe. Su alma gemela.   

Se siente afortunado.


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El tema de hoy fue: Lluvia

Sentí bien bonito al escribir esto. Siempre he querido escribir algo de marcas de alma gemela :3.

Así que aproveché la ocasión para esbozar esto chiquito.

¿Qué les pareció?

¡Gracias siempre por su apoyo y nos estamos leyendo!

~LauuMeei

Esta y todas las noches de Octubre [MDZS] #Danmeitober2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora