Seduced By a Married Teacher (Seducida por un profesor casado) 🔞

Capítulo 9 - Follada hasta las lágrimas 🔞

"¿Estás segura? No quiero hacerte más daño".

"Estoy segura. Sólo sé suave, no vayas demasiado profundo ni demasiado rápido".

"De acuerdo, te haré caso", prometió antes de sacar con cuidado, dejándole sentir cada cresta de su rigidez por el camino, y volver a hundirse. Tras un rato de estos tentadores empujones, el dolor remitió y Tang Guo empezó a sentirse caliente y vacía por dentro.

"Hnng..."

"¿Qué pasa, cariño? ¿Es demasiado, o no es suficiente? ¿Quieres que vaya más rápido o más despacio?

"¡Más rápido!", gimió ella. "¡Y más fuerte!"

"No te arrepientas", le gruñó él al oído.

Sin embargo, no se soltó del todo. Después de todo, la chica se rompería si lo hacía, y no quería que eso ocurriera durante su primera vez juntos.

Se aferró a sus muslos para hacer palanca y aceleró gradualmente sus embestidas. A medida que su cuerpo se relajaba y segregaba más humedad, sus paredes se volvían más resbaladizas y fáciles de atravesar. Sus bolas golpeaban continuamente contra sus nalgas, produciendo una obscena melodía de sonidos húmedos.

La cara de Tang Guo se puso roja de vergüenza y, al mismo tiempo, su sensación de excitación y sensibilidad aumentó. Cheng Yuzhou cambió el ritmo y el ángulo de sus embestidas mientras observaba cuidadosamente las reacciones de su cuerpo. Cuando su punta llegó a un punto determinado de su interior, ella gritó de repente y arqueó la espalda, casi resbalando de la mesa en el proceso.

"¡Lo encontré!", exclamó el hombre con una sonrisa orgullosa.

A continuación, empezó a moler y a pinchar su punto dulce con cada empujón.

"¡Ah, Yuzhou! Es demasiado, demasiado. ¡No más!"

Una sensación de placer sin precedentes recorrió su cuerpo. Era tan abrumadora que quiso escapar de ella, pero su cintura estaba fuertemente sujeta por su agarre. Levantó a la llorosa muchacha de la mesa y le rodeó los hombros con los brazos y la cintura con las piernas.

Le agarró las nalgas con ambas manos y la besó suavemente para quitarle las lágrimas antes de pasar a sus labios. Mientras chupaba con avidez su lengua, continuó desgarrando sus empapadas paredes.

La posición en la que se encontraban permitía que su miembro llegara más adentro. Tang Guo no tardó en correrse, con sus fuertes y estremecedores gemidos amortiguados por su boca y su lengua. Sus paredes se contrajeron a su alrededor, haciéndole sentir como si innumerables boquitas húmedas le chuparan al mismo tiempo, decididas a exprimirle hasta dejarlo seco.

No pudo evitar apretarle las caderas, clavando sus cortas uñas en su tierna carne. Se enterró hasta la empuñadura y finalmente se liberó, pintando sus paredes de blanco con su semilla.