Fué un día de febrero.
Noches atrás había llorado, una sucesión de momentos me había abatido y cortado los brazos, me habían dejado sin manos para acariciarme, sin manos para poder aguantarme.
Mi pecho pesaba, mis ojos se carcomían y mis manos escribían una historia de amor, algo que dejó entrar en mi vida a mi querida...
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Fué un día de febrero, diez u once.
Era de noche, quién sabe hasta qué hora me desvelé con ella, me habló por intriga, me habló por admiración o hasta picardía...
Me preguntó sobre mi vida, me contó un poco sobre la suya, le mentí sobre mis palabras para que no se preocupara por mi pasado, para que no creyera que cada persona de esa historia de amor que escribía, por la cual me conoció, cargaba mi tristeza en su palma como una flor.
Me contó poco y nada sobre ella pero dijo dos palabras, paraísos en letras... quién sabe, pero esa noche, fué diferente, me sentí como en casa..."Buenas noches".
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Fué un mes de febrero.
Hablamos, como dos niñas que se conocían de toda la vida, como si de damas de ajedrez estuvieran convirtiendo sus batallas en picardía y se amaran de toda la vida...
Febrero se agotó, pero ella no...y menos mi amor.
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-Cielo-
RomansaNo tiene que ver con ninguna de mis anteriores historias, es un relato propio, no puesto a base de poemas ni menos está lleno de amor o tristeza...Cada uno sabe cómo tomarlo, yo por mi parte viví esta etapa con ella, con su delicadeza. Vida de algui...