El Sueño

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—Hay dos posibilidades —dijo Hermione—: o el señor Crouch atacó a Viktor, o algún otro los atacó a ambos mientras Viktor ni Cedric no miraba.

—Pero Cedric está seguro de lo que vio —apoyó Harry.

—Tiene que haber sido Crouch —señaló Ron—. Por eso no estaba cuando llegaste con Dumbledore, Bella.

—No lo creo —replicó Bella—. Estaba muy débil. No creo que pudiera desaparecerse ni nada por el estilo.

—Vale... A ver qué les parece esta hipótesis —propuso Ron con entusiasmo—: Krum ataca a Diggory... (esperen, esperen a que acabe) el señor Crouch intenta ayudar a Diggory ¡y, sin querer, se aplica a sí mismo y a Diggory el encantamiento aturdidor!

—Y el señor Crouch se evapora, ¿verdad? —apuntó Hermione con frialdad.

Rayaba el alba. Bella, Harry, Ron y Hermione se habían levantado muy temprano y se habían ido a toda prisa a la lechucería para enviar una nota a Sirius. En aquel momento contemplaban la niebla sobre los terrenos del colegio. Los cuatro estaban pálidos y ojerosos porque se habían quedado hasta bastante tarde hablando del señor Crouch.

—Vuélvelo a contar, Bella —pidió Harry—. ¿Qué dijo exactamente el señor Crouch?

—Ya te lo he dicho, lo que explicaba no tenía mucho sentido. Decía que quería advertir a Dumbledore de algo. Desde luego mencionó a Bertha Jorkins, y parecía pensar que estaba muerta. Insistía en que tenía la culpa de unas cuantas cosas... mencionó a su hijo.

—Bueno, eso sí que fue culpa suya —dijo Hermione malhumorada.

—No estaba en sus cabales. La mitad del tiempo parecía creer que su mujer y su hijo seguían vivos, y le daba instrucciones a Percy.

—Y... ¿me puedes recordar qué dijo sobre Quien-tú-sabes? —dijo Ron con vacilación.

—Ya te lo he dicho. Dijo que estaba recuperando fuerzas.

Se quedaron callados. Luego Ron habló con fingida calma:

—Pero si Crouch no estaba en sus cabales, como dices, es probable que todo eso fueran desvaríos.

—Cuando trataba de hablar de Voldemort parecía más cuerdo. Tenía verdaderos problemas para decir dos palabras seguidas, pero en esos momentos daba la impresión de que sabía dónde se encontraba y lo que quería. Repetía que tenía que ver a Dumbledore.

—Si el encuentro con el profesor Snape no me hubiera retrasado, podríamos haber llegado a tiempo. ¿Por qué no se quitaría de en medio?

—¡A lo mejor no quería que llegaras a tiempo! —exclamó Harry—. Puede que... espera... ¿Cuánto podría haber tardado en llegar al bosque? ¿Crees que podría haberlos adelantado?

—No a menos que se convirtiera en murciélago o algo así.

—En él no me extrañaría —murmuró Ron.

—Tenemos que ver al profesor Moody —dijo Hermione—. Tenemos que saber si encontró al señor Crouch.

—Si llevaba con él el mapa del merodeador, no pudo serle difícil —opinó Harry.

—A menos que Crouch hubiera salido ya de los terrenos —observó Ron—, porque el mapa sólo muestra los terrenos del colegio, ¿no?

—¡Chist! —los acalló Hermione de repente.

Alguien subía hacia la lechucería. Bella oyó dos voces que discutían, acercándose cada vez más:

—... eso es chantaje, así de claro, y nos puede acarrear un montón de problemas.

Bella Price y El Cáliz de Fuego©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora