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De regreso en el palacio, Yoongi se dispuso a visitar a Beomgyu antes de que oscureciera y tuviese que ir a su propia casa, era como el beso de buenas noches que le daba al menor y, si se daba la ocasión, la follada de buenas noches de parte de Hoseok; por otro lado, Taehyung fue a su recámara, la cual únicamente visitaba en el día pues dormía en donde Jungkook, a refrescarse. El cuarto de baño poseía una amplia bañera y varios perfumes corporales que el joven doncel estaba ansioso por poner en su cuerpo; se desnudó y metió en la bañera previamente preparada por su doncella, acarició su piel relajando sus músculos, sus dedos pasaron por su pecho mientras que su memoria inconscientemente al recuerdo de Jungkook, gloriosamente desnudo, y arrogante como de costumbre. El cuerpo de Taehyung sintió un leve tirón en su miembro al recordar la erótica sesión en la sala del trono hace varios días, cómo las manos grandes de Jungkook acariciaron con vehemencia su piel, sus besos húmedos y su delicioso miembro en su boca. Y pensar cuán reacio estuvo a hacerle una felación para que al final le terminase gustando, en especial el sabor.

— Mmgh... — gimió pellizcando sus pezones con sus dedos.

Frotó sus piernas tratando de calmar el fuego creciente en su cuerpo, su miembro estaba erguido y caliente, y su entrada estaba anhelante por recibir el miembro caliente del Emperador, deseó probar aquello de lo que más se jactaba Jungkook, su pene. Su diestra viajó hasta su miembro para tomarlo y subir y bajar su mano a través de la longitud, acarició su glande entre siseos y jadeos, pronto necesitó más que unas simples caricias, entonces su mano acarició su entrada hasta insertar su índice.

— Ah...

Lo movió lentamente, acariciando sus paredes internas acostumbrando a su agujero a la intromisión pues dada la inadaptación al sexo su cuerpo se sentía como si fuera virgen de nuevo, muy estrecho y amando cada pequeño roce. Insertó un segundo dedo y los comenzó a meter y a sacar cada vez con más fuerza, hasta que pudo colar un tercer dígito en su interior que gustoso recibió al nuevo intruso. Sus gemidos comenzaron a ser más altos y agudos, preocupándole poco que pudiese atraer la atención de cualquiera fuera de su recámara. Sus ojos cerrados le impidieron divisar al hombre que a la entrada de su baño le miraba embelesado y excitado mientras reprimía el impulso de acariciarse a sí mismo.

— Kook... — gimió Taehyung arqueando la espalda en medio del éxtasis sin saber que al nombrar al Emperador este estallaría como una bomba en plena guerra.

Jungkook se apresuró hasta donde el joven, lo tomó del cabello con rudeza para poder probar esa boca que lo tentaba a cada palabra. El muchacho se sorprendió pero al abrir los ojos su cuerpo sólo atinó a volver a calentarse al ser besado con tanta sensualidad. Su mano que mantenía sus dedos dentro de su entrada fueron retirados por la diestra de Jungkook quien lo ayudó a erguirse lo suficiente como para que el agua cubriera apenas su cintura.

— Así que no me permites follarte y además de ello debo simplemente mirar como te tocas pensando en mi. — le gruñó de forma muy sexy. — ¿No te crees injusto?

Taehyung no supo qué responder, optó por apegarse al cuerpo desnudo de su señor para rozar sus pieles con descaro, casi cínico. Jungkook lo sujetó por la cintura y lo ayudó a salir de la bañera para tener a su entera dispósición el femenino cuerpo de Taehyung.

— Debo preguntar, ¿esta noche, después de que me has tentado sin consideración, me dejarás tomarte?

— Mmhn... Tal vez. — le contestó coqueto y fue cuando Taehyung se arriesgó a besar al otro dejándolo sorprendido.

— Te llevaré a la cama y juro por Zeus que esta noche no te dejaré partir sin antes haberme enterrado en ti.

Entre jadeos y gemidos, Jungkook le amarcó teniendo las piernas ajenas alrededor de su cintura, muy cerca de su adolorido miembro, y entre besos y palabras obscenas que aumentaron el libido de ambos fueron a la cama del muchacho.

— No sabes cómo me has tenido todas estas semanas. — se quejó soltándolo delicadamente en la cama para ubicarse de rodillas frente a su intimidad. — El celibato no es algo que añore volver a probar.

Y Taehyung se preguntó si hablaba en serio, si acaso fue capaz de no intimar con nadie, pero le pareció insólito dado que, y siendo un hombre de pasiones encendidas, el Emperador debió de encontrar consuelo en otros brazos pues ningún hombre con sus necesidades esperaría tanto tiempo por un simple doncel.

Jungkook llevó su boca a la mojada entrada de Taehyung, ya no sólo humedecida por el agua, y la acarició con su lengua, acarició los muslos del joven hasta su pene para que, mientras metía su lengua en el pequeño agujero ajeno, masturbar la longitud del chico. Taehyung arqueaba su espalda e impulsaba sus caderas contra el otro en busca de todo aquel placer que el otro le daba y al que tanto se negó, su boca soltaba grititos casi femeninos y jadeos que se transformaban en gemidos. Sus dedos se enredaron en la cabellera negra sedosa de Jeon queriendo que sus caricias y lamidas llegasen más profundo.

¡Tock Tock!

— Maldita sea. — siseó Jungkook apartándose del cuerpo de Taehyung cuando la puerta se abrió y entró la doncella del joven.

— Oh, yo no sabía... disculpe mi Señor. — imploró sonrojada y cubriendo su rostro para no encarar la desnudez de los dos hombres.

Taehyung se cubrió con la sábana de su cama hundiendo el rostro en la almohada de la vergüenza. Eso debía ser mala suerte o el destino diciéndole que no debía ser tan impetuoso.

— No vuelvas a entrar a una habitación sin ser previamente invitada. — le reprendió con rudeza.

— Yo venia... a ayudar al joven Taehyung.

— Ya le he ayudado yo. — y cuánto desease seguir haciéndolo.

— Y... a usted, mi Señor, lo busca el enviado de Roma.

Jungkook maldijo a todo lo que pudo conocer encaminándose a la recámara de baño para recoger su túnica y ponérsela, posteriormente se despidió de Taehyung con un fogoso beso que sonrojó hasta a la criada, entonces se marchó.

( ... )

Por otro lado, en la casa de Seokjin se presentó Namjoon aún vistiendo su traje de general mas un ramillete de flores para implorar el perdón de su pareja.

— ¿Y qué pasará luego? — preguntó irónico. — No es la primera vez que haces esto y lo sabes.

— Lo lamento pero sabes que mi trabajo-

— Ya sé que ser general es más importante para ti. — puso palabras en la boca del general.

— Seokjin. — casi gruñó el castaño.

— Y dado que es tan importante que yo no tengo cabida en tu vida bien puedes marcharte.

— ¡Por Zeus, Seokjin! Sólo quiero que me perdones.

— ¿Acaso no te has dado cuenta que no ya no puedo? ¿Cuántas disculpas he aceptado, diez o veinte? Perdí la cuenta hace mucho.

— Por favor, mi pequeño, no hagas esto.

— Te recuerdo que quien inició esto fuiste tú.

— ¡Sabes que sólo quiero lo mejor para los dos!

— ¿Y cómo estás logrando eso? ¡Dime! Alejarnos no es mas de lo que yo veo.

— Un general podría darte todo lo que necesitas, no tendrías que rogar por nada.

— Tal vez tengas razón, pero lamentablemente ahora por lo único que aparentemente ruego es por tu amor.

...

autor(a) original: Alex-Mendoza-Neira
© 2021

a los pies del emperador. kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora