0

65 7 2
                                    

   No sabrías que estas mirando a dos gemelos si es que no te lo dicen con antelación, Souichi y Tetsuhiro no se parecían en lo absoluto, aun así estos dos eran gemelos. No sabrías aunque hubieras estado en su nacimiento.
  Quienes fueron participes del nacimiento pocas veces veían gemelos así, pues Souichi era tonos más rubio que su hermano, y al crecer sus rostros se volvieron cada vez más diferentes, uno con cabellos mas largos y finos que el otro, como si fueran de distintas familias, pero eso nunca detuvo a los pequeños de recibir el mismo amor. Hasta aquí todo correcto, ¿ No es así? Todo iría bien con los gemelos hasta los 3-4 años de edad, cuando ya podían caminar y hablar con cierta mas habilidad que antes. Constantemente los padres de los niños debían separarlos por sus peleas, peleas que se iniciaban del aire, sin explicación y con una agresividad tal de un animal feroz y asesino. Veras, todos los hermanos pelean, es parte y especialmente si ambos son pequeños, no saben como resolver sus conflictos y eso es normal para ti y para mi ¿No es así? Pero con Souichi y Tetsuhiro el tema era algo diferente. Ellos peleaban a matar.
   Ellos parecían odiarse tanto que deseaban matarse uno al otro, estrangular, intentar ahogar e incluso apuntar objetos punzantes hacia puntos muy específicos, y si les preguntabas ellos sabían a donde iban, ellos sabían a donde apuntaban con la pluma, los pequeños de 3-4 años sabían que podían matar al otro, y lo hacían adrede.
   Pero lo realmente raro venia una vez separados. Ellos al ser separados simplemente dejaban sus impulsos asesinos y lloraban, lloraban por el otro, que no les separasen, que querían al otro, que le amaban. Si los soltaban se abrazaban y si no seguirían llorando hasta que les soltaran por fin, sus padres ya no sabrían que hacer.
   No importaba a donde fueran, a cuantos médicos o santuarios fueran, a ojos ajenos sus niños estaban en perfectas condiciones, sus conductas asesinas solo eran sus maneras de jugar y deberían dejarles ser, pero para ningún padre eso seria una conducta normal, pero no importaba a donde fueran, o cuantas veces al día los separaran, no habría manera de detenerlos. Esos hermanos se amaban tanto y se odiaban tanto, no habría manera de detenerlo y eso a los padres ya los estaba volviendo locos. Tan locos que en varias ocasiones se limitaron a observar las peleas, esperando a que dieran resultados, pero por algún motivo nadie moría, y de algún modo les hacia sentir ¿Decepcionados? No sabrían cómo explicarlo.
   Eso cambio cuando ambos padres llegaron al limite, tomaron sus cosas y abandonaron a los niños en ese ya descuidado lugar que alguna vez llamaron hogar, los pobres niños no entendían, pero no hacían nada, no lloraron ni protestaron. A sus ya 6 años, los niños no cuestionaron la partida de sus padres, quieren solo esperaban que los pequeños se murieran y pudrieran dentro de la casa, cosa que lamentablemente para ellos, nunca ocurrió, pues los vecinos y los mismos hermanos se hicieron cargo de sus necesidades básicas. Así vivieron, con sus diarias peleas y ayuda de sus vecinos, ya parecía una rutina, todo seguiría así, y seguiría así hasta su próximo séptimo cumpleaños.

【The Brothers Series】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora