- Tranquilo bebé - acaricio su cabello suavemente - podremos salir de esta juntos, te apoyaré para que lo puedas resolver - besó su cabeza, pero el central seguía llorando en silencio abrazándolo, Haru llevaba media hora susurrando le cosas dulces y acariciándolo delicadamente.
Sucedió qué horas antes en la cancha, durante el entrenamiento, Kageyama estaba algo distraído, así que intentó acercarse pero muy fuera de lo normal no respondió, ni siquiera lo miró, parecía ido, justo cuando iba a tocar su hombro Haru llegó a las canchas, venía a verlo como habia prometido, sonrió enormemente y miró como todos se incomodaron un poco.
- Hola - habló bajo sin entrar en la cancha, aún en la puerta.
- Ven, puedo presentarte al equipo - tomó su mano el pelirrojo.
- No creo que sea bueno, no los quiero interrpir, tal vez al final - sonrió.El pelirrojo asintió algo triste a lo que el chico acaricio el dorso de sus manos y lo besó, retrocedió un poco, pues era nuevo para el tener esos actos y más con un hombre, pues no se consideraba gay, pero le gustaba el chico del café, sonrió levemente y nervioso se giró hacia las canchas nuevamente, le fue muy difícil coordinar en un inicio con Kageyama, no porque las cosas no estuvieran saliendo, de hecho el colocador estaba en racha porque no había tenido ni el más mínimo error, pero no sentía la conexión de antes, incluso se sentía un poco dejado de lado, pero todo fluia también que no podía tener alguna queja.
Lo que si quería hablar, era si había hecho algo malo, pues en ningún momento hablaron o si quiera se giró a verlo fuera de las jugadas, estaba dolido.
Así que al final se acercó al nueve y cuando lo miró por fin, sintió un vacío enorme en su pecho, sus ojos estaban opacados, como si no estuviera presente, algo lo hizo sentir que iba a romper en llanto por su expresión, justo en ese momento se acercó su novio a apoyarlo por la espalda.
- Será mejor que salgamos ya - habló Yachi jalando levemente de Kageyama, quien frunció el entrecejo levemente mirando a Haru y la siguió sin decir nada.
- Chicos tenemos que limpiar, hoy nos quedaremos Tsuki y yo - explicó Yamaguchi.No es que fueran groseros ni lo hubieran tratado mal, pero simplemente se sentía dejado de lado, sus propios compañeros, y quien más le dolió fue Kageyama ya que lo consideraba alguien muy especial para el, volviendo al presente...
- Es que no lo entiendo - susurró con voz ronca de tanto llorar.
- Todos tenemos problemas bebé, seguro el estaba actuando así por algún problema personal, mañana todo será como antes - acaricio su cabello.
- Tienes razón, perdón por haber exagerado tanto - suspiró.
- No es una exageración, es lo que sientes y aquí estoy yo para ti - sonrió.Algo más relajado logró pasar el resto del tiempo juntos sintiendo calidez y calma, ese día Haru pidió prestado el auto a sus padres para llevarlo a casa y lo dejo en la puerta, le hubiera gustado que fueran en la misma escuela para verse mañana temprano pero no era el caso.
Y como dijo Haru, al día siguiente Kageyama lo miró como siempre durante todo el entrenamiento, tal vez en verdad solo fue un día malo y todos se comportaron igual, al final cuando iba a salir corriendo Kageyama tomó su muñeca deteniendolo unos segundos, confundido por el gesto el pelirrojo se puso frente a el y lo miro a los ojos, algo en la mirada del colocador le decía que intentaba decir algo, incluso abrió su boca pero sus ojos se cristalizaron un poco y la cerró soltando su muñeca.
- No es nada - se dio la vuelta y tras unos pasos giró de nuevo - lamento si me comporte extraño ayer, no quise hacerte sentir mal - dijo sin mirarlo, terminó de hablar y se fue.
Debería de alegrarse por la disculpa, pero solo sintió de nuevo ese vacío en el pecho, apretó la correa de su mochila y salió a paso tranquilo de la sala del club, miró como los de su año se iban juntos por el mismo camino que tomaban desde primero, pero el debía de ir al contrario, se sintió algo triste al verlos reír por algo.
Y siguió sintiendo lo mismo durante dos o tres meses en los que se apoyó tanto en Haru que realmente si no fuera por el, hubiera estado solo todas esas veces en las que lloraba y se sentía triste, las cosas no fueron las mismas hasta un mes después cuando Yachi y Kageyama lo invitaron a salir un fin de semana hacia una plaza que quedaba cerca de la casa de Yachi.