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(puedes  poner esto mientras lees para disfrutar la leectura al maximo)

Hace mucho tiempo las cuatro naciones vivían en armonía, pero todo cambio cuando la nación del fuego ataco, se levantó e inicio una guerra contra todos iniciando con los nómadas aires...donde se encontraba el Avatar, un joven maestro aire...lo que le hicieron...no puedo decirlo en voz alta...en ese momento el equilibrio se quebró el mundo espiritual y el humano se mesclaron cada vez más, como en la época anterior al avatar y como si no fuera suficiente que los humanos peleáramos contra nosotros mismos ahora debíamos pelear con los espíritus...como era de esperarse no tardamos en perecer, la tribu agua callo primero al tener a los dos portales espirituales en su territorio, después le siguió el reino tierra, Ba Sing See resistió lo más que pudo pero igual fue derrotada por la nación del fuego...ahora los pocos humanos que quedamos luchamos por sobrevivir ahora sin la ayuda de los leones tortuga y sin Raba...sin embargo algunos espíritus de naturaleza nombre lograron evitar el corromperse y se refugiaron en el antiguo reino de Omashu, estos junto a algunos humanos lograron crear una simbiosis funcional y decidimos recuperar poco apoco el territorio que la nación del fuego nos había quitado y con fiereza espíritus y humanos atacamos a un mismo enemigo, yo sé que aún hay esperanza para todos, que Raba resurgirá y traerá el equilibrio de regreso, mi nombre es Midary la guardiana del páramo, cuidadora de humanos y protectora de espíritus...tengo 16...y...estoy a punto de casarme con el heredero de la nación del fuego.

Me encontraba en el carruaje jalado por tejones topo, sentada mirando a la ventana... -esto es un asco- exclame frustrada -dijimos que no te quejarías amor- respondió mi padre jugando con su oso -no, jamás lo dijimos, esto es un asco- -Midary, tenemos que hacer esto- me dijo -no, no tenemos- -Midary- -la guerra podría continuar, podríamos ganar- -suficiente- -ganaríamos sin problemas si tan solo dejaras tu cobardía a un lado- -BASTA- exclamo padre a lo que algo exaltada me limite a sentarme en silencio, padre suspiro -no hay otra manera Midary, esta es la forma más adecuada de resolver el conflicto- dijo cansado -...de verdad crees que el señor del fuego tendrá piedad? Que por un acuerdo de compromiso no matara a nadie?- pregunte desviando la mirada -es la mejor forma de mantener a todos a salvo...- respondió – a todos... o a ti?- la habitación permaneció en silencio -esto es lo que el concejo acordó- dijo finalmente -si es así porque entonces no mandaron a Katara o a Yue?- le cuestione -porque así lo dictaron- - no, fue porque Hakoda no estaba dispuesto a sacrificar a sus hijas- -no es ningún sacrificio Midary- estaba a punto de responderle cuando note que llegamos a la inmensa ciudad que ahora se encontraba envuelta en murallas al igual de Ba Sin See, parecía un laberinto de interminables muros rojos, era comprensible pensé, ya que era la mejor forma de evitar ataques de maestros y espíritus, si antes la capital era difícil de atacar...ahora era impenetrable, de pronto sentí que paramos -bien, llegamos...más te vale ser cortes y comportarte, esto es importante- dijo -tranquilo, los sorprenderé con mi gran personalidad- dije con una sonrisa burlona -eso es lo que me preocupa- dijo padre para bajar dude unos momentos y después baje yo...no sabía que pensar estaba tan furiosa, tenía miedo y quería golpear a alguien, toda mi vida todo por lo que había trabajado, las tierras por las que había luchado y el esfuerzo de nuestros ancestros por mantenerse vivos y en paz con los espíritus...todo...TODO seria al carajo con un alianza que no beneficiaria a mi gente...y yo tendría que pasar el resto de mi vida con un hombre al que odio con todo mi corazón...un hombre del que sabia tanto como sus tácticas de batalla y tan poco como su rostro...fue entonces que una voz me saco de mis pensamientos -para nosotros...también es un gusto conocerlos...soy...el príncipe Zuko..- al escuchar su voz levante mi cara sorprendida, el hombre frente a mí, mi prometido era el príncipe exiliado que había sido condenado a matar espíritus hasta acabar con ellos, nuestras miradas se cruzaron y no pudimos disimular nuestras miradas de desagrado y sorpresa -bien, por favor deje que la escolten a su habitación "princesa" Mydari- me indico con cierto tono de burla en su voz a lo que reprimí mis puños y asentí para ir a mi habitación...sin duda alguna los espíritus me odiaban, como era posible que de todas las personas en el mundo, el chico con el que había peleado muchas veces fuera con quien me casaría?

sin duda alguna los espíritus me odiaban, como era posible que de todas las personas en el mundo, el chico con el que había peleado muchas veces fuera con quien me casaría?

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Ni humano ni espíritu Zuko x tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora