Capitulo 3

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No podemos morir, estamos muertos por dentro.— Crooked Young


Ellos están aquí, observan como la pared que he construido se está callendo por partes, mi habitación esta llena de sonrisas que quieren ver como caigo, sus miradas me están matando.

Él entra a la habitación me ve y sonríe, tiene los colmillos escondidos aún no lo entiendo, ¿porqué no le ha dado sed? Aún teniendo a una persona que bombea sangre por todo su cuerpo, una persona a la que aún le late el corazón, ¿sera que ésta bebiendo sangre de otras personas?... No quiero imaginar eso.

Sus ojos brillan, tiene una mirada tierna, sus facciones están relajadas no está enojado, está... Feliz.


En el salón de clases la profesora ha llegado y esta dando la explicación de una teoría de física, no entiendo, me lanzan una bola de papel la abro y dice "Maldita rara, eres una put* sabes".
¿Qué e hecho para que hagan esto?.


Entro el director, con un chico de ojos azules con toque grisáceo, cabello negro, labios rosados y carnosos, están entre abiertos, su mirada poso por todo el salón, estaba viendo a todos.

Poso su mirada en mi, sonrió, era una sonrisa tierna, como la de él, pero no tiene los ojos negros y no es tan alto como él, y no tiene los labios rojos, son diferentes pero de alguna manera me lo recordó tanto, solo que... Él, él es diferente.

El chico se sentó enfrente mio, nadie se pone cerca mio, no sé por que lo hizo, simplemente puso su mochila en el suelo al lado de la silla un la mesa y se sentó, sacó un cuaderno y volteo a darme una sonrisa tierna.

Tenia el cabello negro, un poco largo a penas se alcanzan a ver sus oídos, era lasio, pude ver un poco su cuello y su piel era blanca de una forma hermosa, no se le preciaba mucho por como iba vestido, pantalones pegados negros, playera de una banda y encima un suéter gris con rayas blancas con un poco de negro.


Después de las dos ultimas horas, volteo, sonrió y dijo.

—Un gusto, soy Jev ¿y tu eres? — sonrió y fue hermoso ver esa expresión en él.

De alguna manera sentía que lo conocía.

—Soy... —calle un instante— mi nombre es... —suspire, no puedo hablar, mi voz está ronca y muy poco audible.

Se acerco una de las rubias, esas típicas divas, y le sonrió coquetamente.

Me quería alejar de ahí, pues sabia que él podría ser igual que los demás chicos de aquí.

—Yo soy Prici, por si necesitas ayuda en algo —le guiño el ojo— solo decía, puesto que la rara no te dice su nombre, aunque creó que no te va a interezar mucho el saberlo —se alejo meneando el trasero, claro quieren llamar la atención para foll*r y luego se quejan por que las tratan como tal—.

—No creó que necesite ayuda de tu parte —le grito Jev, ella volteo y me fulminó con la mirada ¿Yo qué hice?. Jev sonrió hacia mi—. Así que... Me decías tu nombre —Sus ojos brillaron y me sonrio—.


—Emmm, si, mi nombre... Soy Jenn...

Mirame arderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora