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Abuso o algo así, casi por el final
Lean bajó su propio riesgo.Jadeo con fuerza al sentir otra mordida ser depositada sobre su cuello, la risa baja y burlona del hombre sobre él resuena junto a su oído. Quiere insultarlo, pero otro jadeo escapa de su boca cuando, Haitani, succiona sobre la marca recién echa.
Habían estado discutiendo, lo normal hasta que en su distracción por insultar al chico mayor, no fue capaz de notar como esté lo guiaba de forma astuta hasta su propia habitación. No fue hasta que, Ran, lo inmovilizo sobre su cama que noto las intenciones del contrarió. Quiso quejarse pero el mayor sabía usar sus cartas cuando saco la de “Mikey dijo que harías lo que fuera por él”, con solo la mención del jefe ya lo tenía manso.
—Creí que serías más agresivo, pero estás siendo tan buen chico.
Le acarició la coronilla de la cabeza, como si estuviera felicitando a un perro por obedecer. Haruchiyo sentía su sangre hervir en molestia.
—Cierra la boca, imbécil. —Sisea con una mueca en claro desagrado ante las palabras del otro.
Haitani ríe divertido, con su rostro rojo y sus ojos lilas brillando. —Eso es, así me gustas.
Vuelve a su posición con la boca sobre su cuello. La lengua húmeda acaricia la extención, dejando a su paso saliva, desearía que tal acción le causará asco pero un escalofrío recorre su anatomía asentando una sensación placentera en la zona baja de su estómago, justo sobre la ingle.
Las grandes manos que anteriormente aferraban sus muñecas a la cama, ahora se encargar de sujetar sus muslos con fuerza, está seguro que la presión dejaría marcas. Haitani se mueve y con ello un gemido sale de sus labios, la estocada falsa sobre la ropa envía ondas de éxtasis por su anatomía.
Los más mínimos toques o movimientos por parte de Ran, causan un sin fin de placer. Todo es tan nuevo que no le da tiempo a recomponerse, cuando otra nueva sensación invade su mente y cuerpo.
—Joder, eso sonó realmente bien. —Su voz ya no es en burla, un tono grueso se deja oír. —Sigue gimiendo para mí.
Gime una y otra vez, con cada falsa embestida. No quiere darle el gusto al mayor pero no puede contenerse. Nunca se sintió de esta forma, y le asusta.
Haitani deja su cuello libre de sus besos, para incorporarse en medio de sus largas piernas. Desabotona su camisa, botón por botón de forma lenta, se ríe porque si estaba tratando de seducirlo fallo, Ran no parece molestó por su burla en cambio sonríe grande. Observa como la prenda superior es descartada dejando a la vista de sus ordes claros la musculatura del otro. El tatuaje que ocupa su lado izquierdo resalta entre los músculos marcados. Se ve fuerte y sano, y por mucho que quiera negarse sabe que el chico mayor es atractivo y desde su vista bajó su cuerpo, aún más.
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trustworthy : sanzuharem
Fanfiction⠀⠀ su lealtad supera cualquier tipo de límite. ﹙𖧧﹚tokyo revengers au. ﹙𖧧﹚ © seiwinui.