↷𝐀𝐃𝐀𝐏𝐓𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍 ¦ ˢᵉᵒⁿᵍʲᵒᵒⁿᵍ 𝑭𝒊𝒏𝒂𝒍𝒊𝒛𝒂𝒅𝒂
Seonghwa no entendía la rara personalidad de Hongjoong y tampoco lo entendía a él hasta que descubrió que el pequeño pecoso provenía del año de 1949 y que fue prisionero en los campos de concen...
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— ¿Sabes cómo regresar? —preguntó SeongHwa cuando llegaron a la universidad junto a HongJoong, pero el último nombrado negó.
— Entonces... —WooYoung miró a sus amigos, antes de volver su vista al rubio, manteniendo una sonrisa por supuesto .— ¿Qué tal si me das tu número? Podríamos vernos al salir y así te llevamos a tu casa.
HongJoong simplemente lo miró confundido, asintiendo leve al tener las miradas sobre él.
— Bueno... ¿Cuál es tu número?— volvió a preguntar WooYoung.
— ¿Mi número? —murmuró.
— Tu número de celular. —repitió SeongHwa un poco impaciente.
— ¿4? —respondió HongJoong confundido.
— Ese número no me sirve.
Rápidamente el pelinegro se acercó a HongJoong y palmeó suavemente sus piernas en busca de su celular, al sentirlo lo sacó e intentó prenderlo pero ya estaba apagado, lo encendió. El rubio se acercó a SeongHwa, poniéndose de puntillas al ver las letras sobre la pantalla que antes era negra.
Cuando prendió por completo, SeonHwa entró a llamadas y marcó su propio número haciendo a su celular sonar, luego colgó, devolviendo el celular a HongJoong.
— Ahí tienes.
Con duda pero más que eso, sorprendido tomó el celular, mirándolo con un poco de duda; Y observó el celular que la pantalla se volvió negra. Pudo oír a los demás despedirse de él, pero seguía pensando en lo que había pasadom así que para cuando reaccionó, el resto se había ido, dejando a HongJoong en la entrada con confusión.
— ¿Número de celular?... ¿Qué es eso? —murmuró para si mismo antes de agitar un poco el aparato, logrando que encendiera; mostrando la fecha y hora.— ¿Eh? ¿7:15am? —ladeó un poco su cabeza antes de mirar al cielo—. Sí, esa es la hora...
Hizo una pequeña mueca... Quería entenderlo, quería saber qué era eso pero preguntar no era una opción, no quería burlas, no quería humillaciones, no quería golpes... Ya no más.
Bajó su mirada y vió a todos los estudiantes entrando al edificio, el lugar parecía ser enorme. Sim emabrgo; Dejó de prestarle atención a las instalaciones cuando notó que poco a poco se estaba volviendo el centro de atención tanto por su forma de cestir, como por el hecho de que era estudiante nuevo. Por lo que lentamente se puso el gorro de su sudadera, escondiéndose lo más posible en ésta y evitando así el contacto visual.
Se adentró en el edificio, guiándose por el papel que había encontrado bajo su almohada el cual también tenía mucha información sobre el lugar.
— Locker número 11... —frunció su ceño mirando el casillero asignado—. Es un armario pero... —lo tocó un par de veces— No abre... —hizo un pequeño mohín antes de girarse a los pasillos, viendo a más alumnos.
