↷𝐀𝐃𝐀𝐏𝐓𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍 ¦ ˢᵉᵒⁿᵍʲᵒᵒⁿᵍ 𝑭𝒊𝒏𝒂𝒍𝒊𝒛𝒂𝒅𝒂
Seonghwa no entendía la rara personalidad de Hongjoong y tampoco lo entendía a él hasta que descubrió que el pequeño pecoso provenía del año de 1949 y que fue prisionero en los campos de concen...
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Ya habían pasado aproximadamente diez minutos y aún seguía acostado y pensando en todo lo que ya había pasado para esa época, hace 71 años... Hace 71 perdió todo, de verdad todo, incluyéndose a sí mismo. Desde que salió de los campos no volvió a ser el mismo, su padre lloraba todas las noches pidiendo que su hijo volviera a sonreír; Sin embargo, el pecoso gritaba por las pesadillas que lo seguían atormentando, incluso después de años.
SeongHwa estaba afuera esperando, a ese punto ya no estaba molesto, estaba confundido e intrigado, HongJoong sí que era un chico muy raro.
— ¿Te siente bien? ¿Te duele algo? —preguntó la docente y se acercó al rubio al notar sus lágrimas.
— No, estoy bien... —respondió limpiándose sus mejillas y sorbiendo su nariz al mismo tiempo en que desviaba su mirada y se encogía de hombros, intentando ocultarse de todos.
— SeongHwa, ¿Puedes llevarlo a la enfermería? —el mencionado asintió con un ligero gruñido.
La enfermera le había dicho que necesitaba descansar un poco ya que eso podría tomarse como ataque de pánico, así que HongJoong se quedó ahí, tratando de calmarse hasta lograrlo. Tras cinco minutos más, se levantó y tomó su sudadera la cual se había quitado al llegar por la ansiedad que sintió y la necesidad de rasguñar sus heridas, lo cual afortunadamente esa vez pudo controlar gracias a un antidepresivo.
Salió de la habitación y tras él cerró la puesta, haciendo una pequeña reverencia ante Seonghwa quien estaba sentado en una banca que había afuera de la enfermería.
— ¿Te sientes mejor? —pregunto después de ponerse de pie y mirar a HongJoong de abajo a arriba, deteniéndose en sus brazos y muñecas.
Los brazos de HongJoong estaban llenos de rasguños que no parecía recientes, era heridas y cicatrices, pero no sólo eso alrededor de sus muñecas habían cicatrices simulando una soga, como si lo hubiera mantenido atado mucho tiempo aunque no por una simple soga. No obstante, como había dicho; las marcas no parecía recientes, era como si desde pequeño se las hicieran.
— Estoy bien... No tenía porqué acompañarme, puedo arreglármelas solo. —murmuró desviando su mirada al suelo y encogiéndose de hombros.
— ¿Qué? —ni siquiera lo había escuchado, aquellas cicatrices lo habían entretenido, quizá sólo eran cosas sin importancia, o tal vez algo más grave, cualquier cosa, prefería no preguntar.— Eh... Sí, vámonos.
SeongHwa caminó adelante, a pesar de que parecía no importarle, realmente tenia mucha curiosidad por HongJoong, más por el hecho de que era muy raro, aunque quizás sólo estaba juzgando mal. El rubio se puso de vuelta su sudadera y después de eso miró una puerta que decía en letras grandes "Biblioteca", lo observó unos segundos más antes de regresar su mirada al frente. Siempre le había encantado leer libros, y quizás ese lugar era donde podría pasar desapercibido.
