TRES

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Después de aquella noche no he vuelto a charlar con él, ya ni siquiera viene en las noches, me encuentro en el mismo estado que tres meses atrás cuando no lo conocía: vacía, sola, inútil, incompleta, y triste.... sobre todo eso.

—¿Dónde estás Marcus? Hace exactamente un mes, dos días y once horas que no me visitas —susurré al vacío como cada noche desde que el no viene—. ¿Será que no quieres hablar conmigo? Por favor, responde si estás ahí.

Tomé una fuerte bocanada de aire y me lancé en la cama.

—Estás demasiado loca Kelly, ¿de verdad creías que existen los fantasmas? —me pregunté a mi misma.

Si no quiere hablarme que tan solo me escuche, tal vez sí lo hace y no responde, ¿y si escribo lo que quiero decirle? Quizás así pueda contarle todo lo que siento.

Me paré despacio de la cama y comencé a caminar hacia mi escritorio, tome del cajón derecho una hoja en blanco y un bolígrafo del portalápiz.

Suspiré fuertemente por unos segundos y coloqué la punta del bolígrafo en la hoja, no sé cómo estará mi caligrafía después de años sin ejercitarla pero lo intentaré:

A Marcus:

Fue lo primero que se me ocurrió escribir.

Redacte algunas  líneas y comencé a dudar sobre si debía seguir.

Dejé de escribir, sentí que lo haría sin ningún propósito, de seguro él ni lo vería.

—Esto es inútil —me dije a mi misma, tomé la hoja dispuesta a arrugarla para lanzarla al cesto pero me retracté al escuchar el sonido de la puerta al abrirse, justo como cuando él llegaba.

En mis labios se dibujó una sonrisa por primera vez desde la última noche en la que hablamos, mi corazón dio un vuelco, solo hasta ese entonces supe lo mucho que lo había extrañado, más de lo que creí.

—¿Viniste? —me escuché preguntar.

—Por supuesto cariño, siempre lo hago —habló mi madre rompiendo todo tipo de ilusión en mí. 

Guardé rápido la hoja debajo de la mesa, no sé si llegó a notarlo.

—Ahhh, eres tú.

—¿Quién más podría ser?

—Nadie mamá, no me hagas caso —me aclaré la garganta.

—Venía a preguntarte si tenías hambre, Michael hizo unos macarrones con queso que están para chuparse los dedos, ¿quieres un poco?

—Gracias mamá, pero no tengo hambre.

—Okey cariño, si necesitas algo oprimes el timbre y vengo —me dejó un beso en la frente como suele hacer siempre y se marchó dejándome a solas.

Saqué el papel y volví  preguntarme si debería continuar escribiendo o no, y decidí que si lo haría, ya no importa si él lo verá o no, de igual forma quiero desahogarme y esta es la forma que encuentro para hacerlo, aunque claro, conservo la esperanza de que quizás si la lea.

Volví a tomar el bolígrafo y continué plasmando todo lo que guardaba en mi interior.

***

Al día siguiente lo primero que hice fue revisar si la carta estaba en su lugar, pero no, al parecer ya él la había tomado, me agaché y palpé el piso con mis manos para cerciorarme que no se hubiera caído, pero tampoco estaba, definitivamente ya él la tenía.

En ese momento me sentí nerviosa, no pude repasar lo que escribí, mi jodida condición no me lo permite, no sé si escribí todo correctamente o si puse algo fuera de lugar, instintivamente me llevé las uñas a la boca y comencé a mordisquearlas con algo de vértigo, he de parecer una loca.

¿Y si está aquí?

¿Y si me está viendo?

Me tumbé boca arriba en la cama y pensé en demasiadas cosas, sobre todo en él, hasta que me quedé dormida. 

#

Desperté por el ruido de un cristal al quebrarse, provino del exterior de mi cuarto, comencé a tensarme, temí que algo malo le hubiese sucedido a mi madre.

Otro estruendo me hizo pegar un salto, medrosa por la situación y sin pensar en las consecuencias caminé hasta la puerta de mi habitación, decidida giré el picaporte, apenas la había entreabierto un poco cuando escuche algo que me heló por completo:

—Solo quiero verla Michael —era su voz, la de Marcus.

Entonces.... ¿Él no está muerto?

Abrí completamente la puerta, y me zafé el antifaz desesperadamente, quería verlo, ahora que ya sabía que él era real, lo único que deseé fue eso, sin importar que me iba a suceder al exponerme a la luz de tal forma, pero lo que vieron mis ojos me dejó sin habla, y con unas inmensas ganas de llorar.

O más bien, lo que no pudieron ver mis ojos.

***

Nota de la autora: ¿Se lo esperaron? De seguro muchos si lo hicieron, pues claro, no es una historia Dark, al contrario, es bastante predecible. Mi objetivo en esta trama no es dislocarlos ni armarme todo un chorro de misterios por desencadenar, mi propósito para esta historia es la reflexión a la que sean capaces de llegar mientras la leen.

Descubramos en el próximo capítulo que fue lo que impactó tanto a Kelly.

(Alerta spoiler) jejeje
El próximo capítulo estará narrado desde la perspectiva de nuestro 'fantasmita'.

Abrazo de oso.

Los amooo.

El Reflejo de tus ojos © [COMPLETADA✓] Borrador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora