Entro a la sala donde tendré la audiencia con el príncipe heredero, los destellos dorados que desprende la lujosa sala podrían llegar a cegar a una persona normal pero no a mí. Estoy completamente acostumbrada a ese brillo exuberante.
Camino hacia adelante parando en seco justo a unos pasos del trono. Dónde el príncipe heredero se encuentra sentado con una postura elegante y rígida, casi tan rígida como su personalidad.
Sus ojos azules recorren mi cuerpo, examinando mis ropas de arriba a abajo al igual que los sirvientes presentes. Se exactamente el motivo del porque me ven como un animal exótico pues vestir con algo que solo te tape el pecho y las caderas dejando al descubierto las piernas y los brazos está mal visto en su sociedad.
Pero no me importan en lo absoluto lo que ellos piensen. De donde yo vengo es mejor vestir con ropas que no te limiten el movimiento o podrías morir a causa de un depredador en una casería.
Su mirada me dice que espera que agache mi cabeza y lo saludé como normalmente saludan los nobles,sin embargo yo no soy un noble, soy la futura matriarca de la tribu Hassh y nosotros no nos arrodillamos ante nadie que no sean nuestros padres o los dioses. O cuando pedimos la mano en matrimonio de nuestro ser amado.
Como el no es ninguno de ellos no le daré el placer de verme haciendo una reverencia o arrodillada. Tampoco es como que pueda obligarme, no cuando tengo la misma autoridad y dinero que la familia imperial.
Resignado habla.-¿Porque pediste una audiencia?-Pregunto mirándome con frialdad.
Una sonrisa arrogante se posa en mis labios.-Estaría mintiendo si te dijera que es porque me agradas.-Conteste con un tono déspota.
Sus labios formaron una línea recta y alzo una ceja.-¿Porque estás aquí?-. Volvió a preguntar pero está vez con una pizca de irá.
«Dios sacar a este hombre de sus casillas es tan fácil»Me burle para mis adentros.
-Casualmente me enteré de que mañana va a ver un banquete y quise darles el honor de tener mi presencia.-Dije con sarcasmo. Odio a la maldita aristocracia y su maldita etiqueta.
Con una mano masajeo su cien.-¿Porque estás haciendo esto?-. Me preguntó derrotado el pelinegro.
-Tu empezaste.-Dije molesta cruzando los brazos por debajo de mi pecho.- Que no se te olvide que todavía no me has compensado por tu insulto hacia mi gente y mis antepasados.-Dije sin intenciones de retroceder.
Dejo escapar un suspiro.-Sabes muy bien que va a pasar-. Me advirtió fríamente casi podía sentir el frío del agua de los ríos por las mañanas viniendo de el.
-Lo se.-Me encogí de hombros.-Tampoco espero una cálida bienvenida de su parte.
La primera y última vez que había ido a un banquete
de ese tipo me habían intentado humillar y no solo eso sí no que insultaron mis hermosas tierras, el trabajo de mi gente y nuestra vida "primitiva".El no era el único que no quería tenerme en ese banquete, yo tampoco deseaba volver a ver esos rostros maquillados, sonrisas falsas y halagos que en realidad son insultos.
No creí volver a ir a un lugar que tanto odio, pero si no lo hago no lo podré tener.
«El lo merece, esto no es nada» Me dije a mi misma recordando el porque estaba allí en primer lugar.
-No hagas nada innecesario mañana, te doy mi palabra de les daré una indemnización por mi error.
Puse una mano en mi pecho haciendo una promesa como lo hacemos los hassh.-No haré nada innecesario. Te lo juro.- Le di una sonrisa y me di media vuelta sin importar que el aún tuviera cosas que decirme, de seguro serían rígidas y frías.
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Tácticas para robar el corazón del principe olvidado
Ficción históricaSuyay la heredera de la tribu más temida del continente se enamora a primera vista de Devon el "príncipe olvidado". Siendo principe solo de nombre; La gente a penas y sabe de su existencia, los sirvientes no lo respetan, el reino no lo necesita. Sol...