Capítulo 3: ¡Atrapa a la bestia, pero no te delates!

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Como Hanguang-Jun lo fue en su momento, Lan SiZhui era fácilmente el mejor ejemplo de lo que un Lan debía representar. Desde sus destacables habilidades en batalla y música, hasta la suavidad y elegancia con la que se movía y expresaba. Sumado a esto, la belleza que el muchacho poseía iba más allá de la de un joven príncipe. De estatura alta y proporciones perfectamente distribuidas; cabello lacio y oscuro, siempre ordenado en una larga cola de caballo. Resultaba completamente normal que más de alguna doncella volteara tras verle pasar.

— Oye, esas chicas no paran de verte — Y JingYi siempre era el primero en percatarse cuando alguien se flechaba por Lan SiZhui, siempre daba aviso pese a que el mismo SiZhui no se veía interesado en absoluto. Este sonrió, sin sentir ninguna necesidad de voltear hacia la parte trasera del restaurante. Su mirada únicamente estaba puesta en Lan JingYi.

— Estamos compartiendo una mesa realmente pequeña, ¿estás seguro que es a mí a quien ven?

El contrario amplió su sonrisa antes de cubrir su boca para que nadie más que SiZhui viera los movimientos de ésta misma y dijo en un tono bajo: — No me cabe duda, yo también te estaría viendo a ti.

Y allí estaba JingYi, una persona que inconscientemente poseía el poder de desestabilizar a SiZhui. Sus palabras siempre eran inocentes, sin segundas intenciones y todo porque el chico era tan genuino que soltaba lo que pensaba sin antes reconsiderar el efecto que podría provocar en los demás. SiZhui estaba al tanto de esto, y aun así... no podía evitar sentir como su cuerpo dejaba de funcionar segundos antes de sentirse acalorado y nervioso.

— JingYi...

— A-Yuan es el más lindo, y él debería saberlo — Con el rostro ligeramente más caliente, Lan SiZhui le devolvió la sonrisa a JingYi. No estaba acostumbrado a escuchar ese nombre en público, pero la cercanía que le transmitía siempre sería bienvenida.

— Bueno, ¿Sería así aun teniendo a Hanguang-jun al lado?

La expresión animada y risueña de JingYi no tardó en desaparecer. En su lugar, ahora parecía constipado, dentro de su cabeza se libraba una batalla bastante ruidosa y en cualquier momento parecía que perdería contra él mismo.  Al ver como lentamente el cerebro de su compañero comenzaba a colapsar al meter a su ídolo en el juego, SiZhui no pudo evitarlo y comenzó a reír.

Pensó en lo mucho que atesoraba estos momentos junto al más bajito. Solo los dos era genial... reír juntos, olvidarse de lo demás. Olvidar la situación que ha estado molestando a SiZhui durante los últimos meses.

Ignorar como el perfecto Lan rompía más de una regla a causa de celos, enojo, culpa.

Pero SiZhui no podía seguir evadiendo lo que le aquejaba por mucho tiempo más.

— ¡¡Allí están!! — Definitivamente esperaba que Jin Ling se molestara por su falta, esperaba que gritara como siempre lo hacía. Sin embargo, no esperaba que se apareciera tan pronto y menos en el restaurante en el que estaban — ¡¿Qué ocurre con ustedes dos?! La idea era encontrarnos en la plaza, ¡No en un restaurante de pollo! — Mientras que Jin Ling se agitaba de forma brusca y molesta, Ouyang ZiZhen asomó su rostro detrás de él con una sonrisa animada.

— Lo siento, a JingYi le dio hambre.

— Madame, deje de ser tan histérica y siéntese con nosotros a compartir la comida.

— ¡¿Quieres que esta "madame" te de un golpe?!

Ouyang ZiZhen y Lan SiZhui compartieron una mirada cansada, en realidad sus amigos no aguantaban mucho tiempo sin iniciar a discutir en voz alta. Toda la atención del restaurante estaba puesta en ellos y SiZhui se apresuró a sacar el dinero para mudar la discusión al aire libre, el niño no contaba con que Ouyang ZiZhen tenía la solución.

Platónico | Zhuiyi [Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora