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Volví a casa junto con Jackson para cambiarnos para la fiesta, por un instante me sentí rara por el rato que estuve en el camerino con los chicos, ellos por su lado estaban felicitándose por su primer logro de la temporada, pero en mi caso si era ...

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Volví a casa junto con Jackson para cambiarnos para la fiesta, por un instante me sentí rara por el rato que estuve en el camerino con los chicos, ellos por su lado estaban felicitándose por su primer logro de la temporada, pero en mi caso si era bastante incómodo, empezando con que felicite a Jean por la victoria de su equipo y él sólo pasó de largo haciendo como si le hubiera hablado la pared, pero bueno lo hice como por no verme grosera ante su actitud tan repentina.

Dejé de lado ese pensamiento y sólo me concentraba en terminar de arreglarme para irme a la fiesta, para eso había decidido colocarme una blusa de escote en "V" delantero –de cualquier manera, no tengo mucho que mostrar– color negro y una falda de cuadros que encajaba a juego con la blusa y unas botas de tacón negras, añadiendo así mi cabello suelto y por supuesto una chaqueta del mismo color a mi falda –porque de soportar frio, eso sí jamás–.

Cuando ya había terminado de arreglarme, bajé a la sala en donde me estaban esperando Jackson, lo bueno es que no me estaba diciendo que me apurara, sólo por el hecho de estaba hablando por teléfono –menos mal–.

–... si ya voy para allá deja el cólico –colgó la llamada con cierta furia –. ¡Sheyla, vamos! –soltó el grito para darse la vuelta, por mi parte yo di un respingo de sorpresa –. No sabía que estabas ahí, lo siento.

–No te preocupes –le dije para que se tranquilizara –. ¿Todo está bien?

–Sí, sólo que en ocasiones Samantha, me saca canas verdes –respondió en seco.

–Entiendo que tengas problemas con tu novia, es normal en las parejas.

–Bueno, para que te quedes más tranquila, Samantha no es mi novia, sólo estamos saliendo y bueno, viendo que pasa –sonrió sin ánimos –, ella es muy linda y simpática, pero, a la vez, es problemática y celosa, aunque eso sí, el sexo con ella es increíble y...

–Está bien, Jackson, no quería escuchar los detalles –hice una cara de asco –. Aunque si quieres que te diga la verdad, sufres porque quieres –le mencioné.

–¿Eh?

–Por Dios, Jackson, no me digas que no te has dado cuenta que has tenido a alguien detrás de ti desde hace mucho tiempo –espete con cierta ironía.

–Te refieres a Amber ¿no es así?

–¡Sí!

–Escucha mariposa, quiero a Amber porque ha sido una gran amiga contigo, ha estado contigo desde que eran niñas y te apoyó demasiado desde la muerte de mamá, en realidad es que, sólo la puedo ver como a una hermana menor –explicó, dejándome a mí con el escrúpulo –. Pero hay algo más –añadió.

–¿Qué cosa? –pregunté curiosa.

–Debo admitir que, últimamente he notado que Amber ya no es la misma niña que ha jugado a las muñecas y a la cocinita contigo, no lo sé, se ve hermosa y muy atractiva –confesó.

La cuatro ojos y el quarterback (JeanCarlo León)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora