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Las gotas golpeaban y se deslizaban por la ventana, al otro lado estaba el castaño, con la vista en el parque de su casa, con una taza en sus manos, tratando de calentarlas. Era un día frío, pero también triste para él, la lluvia era relajante, pero también se asemejaba al vacío que sentía Shang Qinghua. 

No sabía si se arrepentía de haber tomado la decisión, estaba acostumbrado a hacer cosas por sí mismo y no depender de nadie, lo había logrado, sacó adelante a su única familia, pero a veces dudaba si estaba bien ser egoísta y tener su propia felicidad. 

Un suspiro salió de sus labios y se giró, apartando su vista de la ventana, dirigiéndose hacia su escritorio. Dejó la taza en la mesa mientras se sentaba y abrió el cajón que estaba a su derecha, de él sacó un collar, el cual tenía un cuarzo azul, como los ojos de su primer amor. 

Estuvo un rato, admirando el color y con ambas manos, cubrió el collar, llevando hacía su pecho como si quisiera aferrarse a la calidez que alguna vez sintió de él. 

—Lo siento.—Murmuró al recordar la mirada que le dedicó el ojiazul la ultima vez que se vieron. 


Si tan sólo no hubiera aceptado reunirse con él cuando lo vio en la cafetería después de tantos años. 


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Que nervios. 

Fragments of love [MoShang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora