Palabras: 417Lo que más le gusta a Daniel era dibujar. Dibujaba animales, personas, objetos, paisajes...
Todo comenzó cuando tenía 4 años, su madre le regaló un cuaderno para hacer sus bocetos y desde entonces no ha parado de dibujar.
Lo que más le hacer en esas páginas en blanco eran criaturas que no existen, ya sea juntando partes de varios animales o inventándoselas.
Era 31 de octubre, pero tenía que ir al colegio igualmente. Para él era otro día normal, le tocaba clase de Biología y el profesor les pidió el cuaderno, estuvo buscando por toda su cajonera, pero se lo dejó en la taquilla.
Tras unos cuantos libros encontró el cuaderno y algo que llamó su atención, era un lápiz un tanto extraño.
Era largo, negro y tenía una inscripción gravada en la que ponía:
El lápiz de los mounstruos
No sabía cómo había llegado eso a su taquilla, pero decidió quedárselo ya que era de su color favorito y tenía la punta muy bien.
Intentó pintar en la clase, pero cada vez que sacaba el lápiz y la libreta el profesor le regañaba.
En el recreo se sentó debajo de un árbol que estaba apartado de todos y se puso a pensar qué monstruo dibujaría esta vez.
Cuando ya lo sabía, solo le quedaban cinco minutos de recreo, los justos como para empezar a crear la criatura.
De repente, una chica de la clase llamada Laila se acercó a él y le preguntó qué era lo que hacía. Le estuvo hablando durante sus preciados minutos y no pudo dibujar nada.
Las clases se le hicieron eternas porque estaba deseando probar su nuevo lapicero.
Cuando llegó a su casa se puso a llover, así que fue al desván, donde tenía más inspiración y empezó a dibujar.
Las fosas nasales de su criatura podían identificar olores hasta a diez millas de distancia. Para proteger sus piernas lleva placas duras y óseas, y por último, el monstruo era omnívoro (pero le gustaba más la carne, especialmente la de los humanos), también era territorial y muy agresivo.
Acababa de terminar de dibujarlo cuando las luces se apagaron de golpe. Estaba asustado, a pesar de que le gustaba la oscuridad.
Daniel notó una respiración detrás de él, pero no era de su madre, ni tampoco de su padre, era demasiado fuerte como para serlo. Miró atrás y vio la criatura que había creado. Esta no le miraba con cara de hacer amigos y no tardó en ...
El chico había desaparecido.
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Ideas Locas
De TodoHola! Aquí os traigo unos microrrelatos para el concurso de Ideas Locas de G.Vidal. Espero que os gusten!!