𝑨𝒎𝒐𝒓 𝒆𝒏 𝑮𝒂𝒓𝒓𝒂𝒇

330 29 7
                                    

Era una noche lluviosa, el parabrisas limpiaba el vidrio empañado para mejorar la vista de la carretera.
Se sentía más agotado conforme avanzaba por el estrecho asfalto. Quizás no fue una buena idea ir a visitar a sus padres un domingo,
sabía que su madre no lo dejaba volver a su casa sin antes acompañarlos en la cena; y la entendía, comprendía que su madre deseaba volver a aquellos días en la que su hijo volvía de su escuela ansioso preguntando por comida.

Aquellos días habían quedado atrás y hoy en día se construía como un adulto.

Para su mala suerte, una lluvia torrencial había caído. Su padre le ofreció quedarse, pero no podía hacerlo. Mañana tenía que ir a trabajar, y manejar desde Garraf
hasta la ciudad por la mañana era realmente frustrante a causa de la
gran circulación de autos. Así que se dispuso a manejar en medio de la noche, agradeciendo que la carretera
se encuentre libre.

Podía escuchar las gotas de agua golpear el techo de su auto y el sonido del encuentro del mar azulino con las pesadas gotas que caían del cielo.

En medio de su marcha, los faros de
su vehículo iluminaron la figura de un chico que se encontraba empapado por la lluvia y esperaba inmóvil que algún conductor se apiadara de él y lo ayudase.

No tenía ni la menor idea de que
podía hacer un joven en medio de la carretera, pero supo que tenía que ayudarlo. Aparcando su coche, tomó
su paraguas para ir hacía el chico que lo veía como su salvador, con una mirada esperanzadora.

-Hola... Sube que te llevo – ofreció lo más amigable. No quería que piense era algún tipo de loco o aprovechador.

El chico castaño corrió al auto abrazando su cuerpo e ingresando al lado del copiloto. Yoongi sabía que había hecho bien, no podía dejarlo en medio de la lluvia, con ello en mente subió a su auto guardando su paraguas.

- Hola.. me llamo Min Yoongi – comentó.

- Gracias sr. Min por ayudarme. Soy Jin, Kim Seokjin.

- Un gusto Seokjin, solo dime Min o Yoongi. No soy casado ni veo tan viejo ¿verdad?

- Está bien Yoongi – dijo con una sonrisa.

- Ten esto, estas temblando – su abrigo le quedaba un poco grande, pero estaba bien.

- Se lo agradezco mucho.

Reanudó su viaje en medio de una amena conversación entre risas, preguntas y sonrisas. Yoongi no se había sentido tan cómodo hablando con otra persona desde hace mucho tiempo, y más si ésta se trataba de un completo desconocido. Cuando ya habían salido de la larga carretera costal, recordó que el chico se dirigía
a otro lugar.

- Lo siento, olvide preguntarte ¿Adónde te diriges? Quizás pueda llevarte.

- Yo.. en realidad, no tengo un lugar específico a donde ir.

- ¿Porqué? ¿Sucedió algo?

- Tuve una pelea con mis padres y me fui de mi casa. Creo que aún estarán enojados por lo que prefiero no ir.

- Entiendo, no te preocupes. ¿Y qué hacías en la costa de Garraf? – preguntó.

- Es lindo, siempre quise ir ahí y disfrutar unas vacaciones en la zona.

- Pero no creo que estar solo ahí sea fuera una buena idea, no debe-

- ¿Porqué no estas casado Yoongi? – preguntó interrumpiendo lo que quería decir el rubio.

- Bueno.. porqué como te comenté, trabajo en una empresa grande y la mayoría de mi tiempo la paso ahí y de vez en cuando visito a mis padres. No tendría tiempo para dedicárselo a otra persona, además que aún no logró encontrarla.

𝐃𝐚𝐫𝐤𝐧𝐞𝐬𝐬 / 𝐨𝐧𝐞 - 𝐭𝐰𝐨 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora