Notas con sentimientos (High School AU) (Hotch x Reid fic)

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Aquella mañana, Spencer disfrutaba de su desayuno tranquilamente en la mesa, mientras su despertador seguía corriendo para alcanzar la hora en que normalmente se levantaba.

Comiendo huevos revueltos, con una guarnición de tomate sal pimentado y acompañándolo con pan tostado y una taza de café, se puso a recordar nuevamente aquella amena tarde de un día nevado de vacaciones, dónde pudo dejar de lado el miedo y la incertidumbre por unas horas y la pasó maravillosamente en compañía de Aaron.

Y también dónde pudo decir sus sentimientos reales. De manera indirecta y sin especificar al dueño de su querer, pero lo hizo, y estaba feliz por ello. Con ese hecho se sentía más confiado para seguir adelante.

Dio el último sorbo a su taza de café cuando desde el comedor escuchó su despertador empezar a sonar. Se levantó de la mesa, pasó por la cocina y dejó los trastes que ocupó para dirigirse a su habitación a tomar sus cosas para salir de casa. Afuera, una van negra esperaba por él. Abrió la puerta del copiloto, entró en el auto y se abrochó el cinturón antes de saludar al piloto.

-Buenos días Gideon.- En el rostro del chico había dibujada una inusual mueca de alegría, gesto que sorprendió por completo al mayor, quién imitó su expresión al verlo así, tan radiante de emoción. Pocas eran las veces que el rostro de Spencer era tan elocuente, así que le alegraba ver al chico así de contento.

-Ya veo que sí. Buenos días Spencer.- Encendió el auto y arrancó en dirección a la escuela.

- Y dime, ¿qué te tiene tan contento hoy?- Preguntó Gideon por encima del sonido de la radio. Spencer miró a diferentes puntos, tanto dentro del auto como afuera en el camino casi desolado, tamborileó sus piernas con sus dedos y carraspeó un poco antes de girarse a Gideon y responder.

-B-bueno, s-sólo me levanté así y ya. No hay motivo ni nada para mi estado de ánimo.- Respondió con un deje de torpeza, sintiendo como su rostro se pintaba de un rubor suave. Gideon le miró de reojo.

-¿Seguro? ¿Me podrías jurar que no tiene nada que ver con nada ni nadie? ¿Ni siquiera con Hotchner?- Cuestionó con tranquilidad. Spencer soltó un chillido corto mientras el color le subía por completo al rostro. Gideon bufó, ufano.

-Así que es eso. Y bien ¿qué ocurrió? ¿Algo interesante?- El color en la tez del chico bajó tan abruptamente como apareció esa pregunta en el aire.

-Más allá de algo parecido a nuestros ratos de charla habituales, la verdad no. Nada.- Respondió con una mueca que intentó pasar por sonrisa. El mayor torció la boca y suspiró al escucharlo.

-Ánimo hijo. Einstein dijo que "Todos tenemos 2 elecciones: estar llenos de miedo...-

-O de amor.- Completó la oración, mirando el paisaje del camino. El mayor se giró un poco a verlo.

- Si. Y, si no estoy mal, sé que tú ya elegiste una.- Dijo con la vista en la carretera. Spencer lo miró y asintió en silencio.

-Sé que hiciste la elección correcta. Ahora sólo aférrate a ella y ve por lo que deseas.- Finalizó, dándole una mirada significativa en conjunto a una sonrisa de seguridad. Llevó su mano derecha hacia el chico y le dio suaves palmaditas en la espalda. Spencer sonrió agradecido.

La mañana en el cielo se asentaba cada vez más cuando la van llegó a la escuela. Spencer bajó en la entrada principal, dando gracias por el viaje y la charla con Gideon, que ya era una costumbre entre ellos desde que el mayor se volvió su mentor; se despidió del mayor y se quedó unos momentos en la entrada, observando como el vehículo avanzaba por la calle hasta dar vuelta en la esquina, en dirección al aparcamiento de maestros.

Una suave brisa empezó a sentirse, extrañamente cálida cuando aún no era tiempo de primavera. El chico acomodó su bufanda morada, de manera que cubriera bien su cuello, se ajustó bien la correa de su bolso y entró al lugar, escuchando de fondo a las aves que cantaban al sol y a la mañana, lo que también lo extrañó un poco, pero no demasiado como para darle muchas vueltas.