Capítulo 74

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Después de alternar correr con caminar rápido, veo una brillante luz iluminar el cielo oscuro. Cuando me voy acercando a la fuente de luz, reparo en la familiar fachada de una de las gasolineras locales cercanas al instituto.

Mi paso se acelera mientras alcanzo el pequeño edificio. El aparcamiento está completamente vacío, desolado, con la excepción de un coche aparcado cerca del fondo.

Reconozco esta estación como a la que siempre vengo para repostar pues está cercana al recinto escolar y abierta veinticuatro horas los siete días a la semana.

Rápidamente, camino hasta la entrada y empujo las puertas para abrirlas, asustada y sudorosa. Aunque el invierno está llegando y la temperatura está descendiendo inmensamente, todo el evento de hace treinta minutos me ha afectado y estoy sudando como si hubiese corrido una maratón.

Hay un hombre sentado tras el mostrador, con su cabeza reclinada hacia abajo y un poco de saliva cayendo por la comisura de la boca. Lleva una camiseta verde y amarilla de los Oregon Ducks con una gorra a juego.

Cuando camino hasta él, no se mueve ni nada, como si estuviese durmiendo.

"Hola, señor," digo impacientemente al hombre tras el mostrador. "¿Hay algún teléfono que pueda usar?"

Su cabeza se incorpora de forma que sus ojos entran en contacto con los míos y se ajusta la gorra en su cabeza. "Hay un teléfono en el cuartillo" dice, señalando hacia la puerta abierta a su izquierda, que lleva a algún tipo de sala de personal.

Él debe asumir por mi húmeda piel y agotado rostro que necesito esa llamada de teléfono. Le agradezco rápidamente antes de dar un paso tras el postrador e ir hacia la salita. El tío del mostrador se sienta de nuevo en su puesto e reposa su cabeza contra la pared de atrás, cerrando sus ojos una vez más.

Localizo el teléfono pegado a una de las paredes solo a un par de pies de mí. Una vez lo cojo y lo presiono contra mi oreja, pienso en quién llamar. Si llamase a mi padre, no tendría ninguna excusa para justificar por qué estoy fuera a medianoche, hora que asumo que es la correcta. Pienso en llamar a Harry por un momento, pero decido no hacerlo, pensando en mi anterior conversación con Jed.

Podría estar mintiéndome, tratando de separarnos para hacerme un blanco más fácil, pero algo me dice que está en lo correcto, quizás no enteramente preciso, pero está diciendo la verdad.

En su lugar, marco el número de Matt en el viejo teléfono, un nombre que llevo teniendo memorizado desde hace tiempo.

Sorprendentemente, responde al tercer tono.

"¿Hola?" dice a través de la línea. Su voz es profunda y lenta. No quería despertarle a esta hora en una noche de instituto, pero no tenía muchas opciones.

"¿Matt? Lo siento mucho por despertarte, pero necesito un favor." Digo, mordiéndome nerviosamente el labio inferior.

"¿Hunter?" pregunta. Casi de inmediato suena más despierto.

"Sí, estoy en la gasolinera justo en la esquina de Maywood Avenue con el instituto. Necesito que me vengas a buscar."

****

Veo unas brillantes luces frontales a través del pequeño edificio mientras espero tras el cristal. El hombre del mostrador está dormido, una vez más, así que no le doy las gracias una segunda vez por dejarme usar el teléfono.

"¿Qué pasó? ¿Por qué estás aquí a las doce y media en mitad de la noche?" Matt me pregunta tan pronto como me he abrochado el cinturón de su coche.

Dudo, no sabiendo exactamente cómo explicarle toda la situación. "Ha sido una larga noche, y estoy realmente cansada." Le digo, dejando la conversación lo más difusa posible.

Poison - H.S [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora