Poison - H.S [Español]

Capítulo 48

Punto de vista de Hunter

*Flashback*

Conducimos al instituto en mi coche, Regina excitada, yo nerviosa. Nunca me he saltado una clase antes y sinceramente no sé por qué estoy tan nerviosa. Quizás porque estoy a punto de conocer otro de sus novios. Sus últimos novios no eran ni los más limpios ni los más agradables. Ella suele ir a por los chicos malos. Uno de ellos incluso estuvo en arresto domiciliario y realmente no quiero saber cómo le conoció.

"¿No estás emocionada? ¡Quiero decir, yo estoy excitada por que le conozcas!" La sonrisa en la cara de Regina es enorme y llena de entusiasmo. Ella se sienta de nuevo en su sitio, con sus pies reposados sobre la guantera. 

"Claro" mi voz es una mezcla entre sarcasmo y emoción.

"Hunter, por favoooor, ¿puedes estar contenta con esto? Creo de veras que él te va a gustar" me dice "No es como los otros, es decente y no huele a humo"

El entusiasmo en su voz se ha rebajado un poquito. La miro por un momento. Ella ha bajado sus pies de la guantera y sus brazos están cruzados.

"Vale, vale, está bien" suspiro y toda su emoción regresa "Supongo que si voy a pirar clase, debería al menos disfrutarlo"

"¡Yay! ¡Gracias Hunter! ¡No te arrepentirás!" Ella se remueve y coloca sus pies de vuelta en la guantera. "Hace soy hoy, el curso casi ha terminado y me libro de matemáticas. Hoy va a ser un buen día"

"¿Solo nos vamos para la sexta hora, no? Porque a quinta tengo un examen que no puedo perderme" le digo. De ninguna manera me perderé mi examen de psicología, cuenta casi la mitad de la nota.

"Sí, solo la sexta hora. ¿Has mandado un mensaje a Matt ya? ¿Vendrá?" pregunta.

"Sí, dijo que vendría" le digo. Parte de mí quiere que él esté ahí solo en el caso de que algo vaya mal, pero la otra parte no quiero porque Regina no ha dejado de dejarme pistas de que le gusto. No creo que sea así, pero no quiero que ella haga las cosas incómodas.

"Bien" Me sonríe a escondidas. Obviamente está elaborando algo. 

"¿Qué? ¿Qué estás pensando?" pregunto, pero ella sigue sonriente y mira por la ventanilla. 

"Regina, si tramas algo, lo descubriré. Y te destruiré" termino sonando como Terminator. Ella solo se ríe y continúa mirando a través del cristal.

Dejo mi coche en el aparcamiento y estaciono en mi lugar habitual, junto al coche de Matt. Él sale de su coche cuando nos ve aparcar junto a él. Su pelo rubio cae liso sobre su cabeza y lleva una chaqueta de su equipo de baseball. Regina y yo salimos de mi coche y caminamos hasta él.

"Hola, señoritas" él sonríe y pone uno de sus brazos por encima de mis hombros, y el otro sobre los de Regina. 

"Hey, Matty" dice Regina y Matt suspira. Ella siempre le llama Matty, es un apodo que le dio en nuestro año de novatos. Él siempre lo ha odiado, pero yo aún lo encuentro graciosísimo.

"Lo que quieras, Reggie" dice Matty, y todos reímos excepto Regina, ella odia cuando él la llama Reggie.

Regina mira a Matt y después empieza a reírse. "Cállate, zorra. Tienes suerte de ser adorable, Matty. Ahora, si me disculpas, tengo un buenorro al que llamar. Disfrutad vosotros dos" ella mueve sus cejas antes de apartarse para hablar por el móvil.

Matt y yo continuamos caminando hacia la entrada del instituto después de que desaparezca. "Vosotras dos sois tan distintas, ¿cómo dices que os hicisteis amigas?" pregunta.

"Bueno, nos conocimos en preescolar. Nadie se conocía entre sí porque era el primer año del colegio. En el primer recreo, yo fui a jugar con 'El Gran Juguete', así es como todos lo llamaban. Y bueno, Regina seguía jugando una y otra vez con él, y era molesto porque nadie tenía la oportunidad de usarlo. Ella literalmente se sentaba ahí, se deslizaba, y lo repetía una y otra vez durante todo el recreo. La empecé a llamar la chica deslizante, porque pensaba que le iba bien. Ella se enfadó al principio y trataba de decirme que la dejase en paz o se lo diría a la profesora, pero yo era tan cabezota que seguía yendo a jugar y molestarla. Ella no podía jugar hasta que yo me fuese, pero nunca lo hacía solo por demostrarle algo. En algún momento ella se cansó por no poder jugar, así que empezó a deslizarse conmigo. Después de un par de recreos más, eramos las reinas del gran juguete. Y desde entonces, empezó nuestra amistad. Hemos sido mejores amigas desde entonces"