| 𝐁𝐄𝐋𝐋𝐄𝐙𝐀 𝐘 𝐁𝐑𝐔𝐓𝐀𝐋𝐈𝐃𝐀𝐃 | Jasper Hale

ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 5

—¡Rosalie!—

—Me niego—

—Di lo que quieras, pero la terminarás por adorar, es una dulzura.

—¡Ja!, Si es pariente de esa humana debe ser un puto dulce grano en el trasero.—

—Lenguaje.— regañó Esme desde el sofá

—Lo siento mamá...—

—Ven, mañana irá al instituto debemos elegir un atuendo increíble para él.

—Ya dije que no.

—Me ayudarás, quieras o no.—

La azabache la arrastró sin permitirle objetar escaleras arriba para elegir un conjunto para asistir al instituto al día siguiente.

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Jasper era un vampiro, y como el resto de inmortales poseía un increíble atractivo para atraer a sus presas.

Transformado a la edad de 19 años, era un joven de cabello no muy largo de color miel con algunas ondas cayendo a los costados. Gracias a su dieta él y su familia poseían unos ojos de color dorado intensos. Era de facciones marcadas y raramente se le veían expresiones muy drásticas. Siempre se mantenía estoico en su característica pose militar a un lado de la escena analizando todo.

Poseía un don al igual que algunos de sus hermanos, el suyo era la pathokinesis. Jasper era un empático, podía sentir y manipular las emociones de todos a su alrededor.

si bien era un don útil, pero bastante agobiante al estar expuesto a ellas. Las emociones en momentos tensos eran tan nebulosas e intensas que sin importar los años que pasaran, aún algunas podían lograr desencajarlo.

Ahora se debatía internamente, trataba de ordenar sus ideas. El que le su hermana lo hubiese visto con su compañera le había caído como un balde de agua fría. Esa fue la segunda vez que experimentó aquella emoción desde su transformación.

Esperanza, según el diccionario la esperanza era un estado de ánimo optimista en el cual aquello que deseamos o aspiramos nos parece posible. En este sentido, supone tener expectativas positivas relacionadas con aquello que es favorable y que se corresponde con nuestros deseos.

¿Eso era lo que sentía? ¿El deseaba y anhelaba aquello? ¿Deseaba ser feliz con alguien?; Esperanza e ilusiones...No eran cosas reales, solo eran deseos. Solo eso.

Cuando Alice lo encontró y le informó sobre sus posibilidades, y una de ellas era el poder ser feliz, que ella lo había visto junto a su pareja.

Aquella fue la primera vez que experimentó esa sensación, su compañera. La persona que amaría para toda la eternidad. Apenas supo que era posible, aceptó. El quería ser feliz con ella, quería conocerla y se imaginó una y mil personas de diferentes lugares, diferentes tonos de piel, cabello u ojos, se imaginaba a ambos encontrándose una y otra vez en el momento perfecto o menos esperado, pero este nunca llegó.

Ahora, 71 años después resulta que es realmente posible conocerla y dentro de poco, pero... aquella chica al perecer no era un vampiro como esperaba, era humana.

El no podía exponer a su familia por ilusiones suyas, pues podría imaginarla de mil maneras, pero no la conocía. Involucrarla en su mundo era sentenciar a su familia, a él mismo y ella.

Se hallaba confuso, no sabía que pensar o hacer, ni siquiera la conocía, pero hacia su cabeza dar vueltas.

El era un monstruo, había asesinado a sangre fría a cientos de humanos y vampiros, y aquella chiquilla no merecía eso, el sabía que ella merecía algo mejor.  Cómo también sabía muy en el fondo que, el no merecía vivir en paz por las atrocidades de su pasado.

Además, si era humana no solo ella correría el riesgo, sino el resto de su familia.

¿Permitiría que los Vulturis dañaran a su familia por una humana?

Definitivamente no. Ni siquiera la conocía, ni aunque así lo hiciera podía exponer a las personas que tanto apoyo le habían dado, no correría ese riesgo como Edward.

¿Qué podría hacer?

Según su hermana él podía ser feliz, pero ... ¿A qué costo?