𝐒𝐄𝐈𝐒. 𝐏𝐀𝐑𝐓𝐄 𝟑: estoy en casa.

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Empezaba a oscurecer en el momento en que Yoongi llegó casa

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Empezaba a oscurecer en el momento en que Yoongi llegó casa.

Lo que empezó como un trago de cerveza y comida rápida en el bar se convirtió en una celebración por su ojo morado, tragos, y un torneo de dardos improvisado entre los cuatro. Pasó un buen momento, pero a medida que el tiempo avanzaba, un poco de melancolía se colaba en su interior. Deseaba que SeokJin estuviera allí. Le hubiera gustado presentarlo a sus amigos, para que tambien fueran amigos de Jin. Estaba casi seguro que les gustaría, era amable, divertido y con una personalidad fácil de amar. Era dulce, atento, cariñoso, y era también... un hombre muy atractivo.

Yoongi estaba sorprendido por eso. En un primer momento, si tuviera que ser honesto consigo mismo, no lo había considerado de esa manera romántica. Claro que a primera vista SeokJin era uno de esos chicos por los que volteabas en la calle por lo menos una vez porque llamaba la atención. Pero ahora, Yoongi se encontraba alarmante atraído por completo y no solo por su atractivo sino por ser Kim SeokJin; sus ideales, su forma de expresarse y esa algo insegura, de sí misma, sonrisa que retorcía algo en el pecho de Yoongi cada vez que la veía.

Nunca había encontrado la falta de confianza atractiva, todavía no lo hacía hasta cierto punto, pero con Jin. Dios. Solo quería consolarlo, besarlo y decirle que no era tonto como él pensaba de si mismo. Deseaba que SeokJin pudiera ver cuánto tenía para ofrecer... o solía tener.

Yoongi también estaba empezando a apreciar su altura. Era obvio, después de haber vivido con Jin por un corto tiempo, que el hombre era plenamente consciente y tal vez cohibido por ser alto y llamar la atención también por eso. Sus hombros tenían tendencia a encorvarse, era naturalmente pausado y tranquilo como si no quisiera asustar a nadie. Pero para Yoongi, lo que antes era intimidante, ahora era tranquilizador. Era reconfortante, de una manera que no entendía muy bien pero, ahí estaba esa sensación de seguridad cuando estaba con SeokJin, independientemente de si podía tocarlo o no. Y si se permitía ahondar en sus deseos más bajos, tendría que admitir ante sí mismo que el tamaño de Jin le atraía. En pocas palabras, le gustaba estar abajo, le gustaba mucho, y la idea de estar sujeto bajo ese peso, que esas grandes pero gentiles manos lo moviesen hacía la posición que debía adoptar, enviaban escalofríos por su espalda. Temblores reales.

Kim SeokJin como un extraño estaba bien a la vista.

Kim SeokJin como su Jin, era el hombre más bello que había conocido. No. Era jodidamente hermoso.

Yoongi vaciló ante su puerta, llaves en mano. Tenía un problema al que tendría que hacer frente tarde o temprano. SeokJin, un hombre que estaba completamente fuera de su alcance, se estaba convirtiendo, rápidamente, no sólo en una sólida parte de su vida, sino que también estaba consiguiendo que Yoongi, lo quisiera de una manera que no le estaba haciendo ningún favor.

Estaba provocando que Yoongi quisiera decir cosas que no debía decir, y le gustase o no, estaba involucrado emocionalmente. La necesidad de acurrucarse junto a él, para abrazarlo y darle un beso de buenas noches, era fuerte y se sentía tan natural como respirar, pero no importaba lo mucho que quisiera esas cosas, no eran y nunca serían posibles.

Durante la semana pasada, Yoongi no se había corrido en su mano. Intentó masturbarse un par de veces, pero era demasiado incómodo saber que Jin estaba presente en algún lugar del apartamento y tenía miedo de hacerlo. No era que pensara que SeokJin iba a espiarlo, o escucharlo, de hecho Jin mantenía una respetable distancia de Yoongi cuando el fantasma lo consideraba oportuno. Esto incluía una regla tácita en la que, su dormitorio, era zona prohibida para SeokJin.

Pero a pesar de eso, Yoongi no había tenido el valor de masturbarse, y se debía en parte a que sabía en quién estaría pensando mientras lo hacía.

Apoyó la frente contra la puerta por un momento, con los ojos cerrados.

Había una forma de solucionarlo: Jin no sentía nada cuando Yoongi se iba. El tiempo no existía sin su presencia y para SeokJin transcurría una fracción de segundo entre que Yoongi salía y regresaba de nuevo, incluso aunque estuviese ausente durante horas. Así que en teoría, Yoongi podía ir a cualquier parte, hacer cualquier cosa, y Jin no tendría que saberlo.

JungKook le había dicho que necesitaba acostarse con alguien...

Despegó la cabeza de la puerta con una rabieta, jugueteando con las llaves. Solo pensar en escabullirse para tener sexo, lo hizo sentirse culpable y a la vez muy enfadado. Nunca habría nada entre él y SeokJin, no podría haber nada más aparte de una muy singular y especial amistad que le estaba saliendo muy caro a su corazón. No le debía nada a Jin, pero la idea de ver a otras personas no se sentía del todo bien para él, y la idea de que SeokJin fuese consciente de ello, tener que vivir con ello, de alguna manera, lo llenaba de tristeza.

Sabía cómo Jin se sentía respecto a él.

Yoongi sacudió la cabeza, y metió la llave en la cerradura. ─Esto se está poniendo muy complicado ─murmuró, y luego entró.

Cerró la puerta detrás de él, y se volvió para ver a SeokJin de pie justo donde lo había dejado. Una cálida sonrisa tocaba los labios del fantasma.

─ Estás en casa ─hablo Jin en voz baja.

Yoongi supo en ese momento que siempre querría ver esa sonrisa. La relación entre ellos era mucho más que extraña, pero también era la más inesperada, y la más maravillosamente natural de las conexiones que había tenido con otra persona. Era un ancla para todo lo bueno que ni siquiera sabía que se estaba perdiendo.

Se sentía bien, y sería un hombre feliz si pudiera hacer de Kim SeokJin la única constante en su vida, si pudiese ser recibido en casa por esta persona para siempre.

No quería que ningún otro lo hiciera a partir de ahora o su corazón se rompería. Porque solo había hecho falta unas semanas para que amase a una persona que nunca podría tener.

─ Sí ─suspiró─. Estoy en casa, Jinnie.

 Estoy en casa, Jinnie

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ah, este cap ㅠ ㅠ

maratón 3/4

el fantasma de mi sofá ; jinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora