Dulces mentiras

33 4 6
                                    

No podría decir mucho acerca de la semana pasada, quiero decir, no es como que mi vida sea interesante por si sola; después de todo mi vida se volvió interesante – o podría decir que un desastre – después de conocer a Alejandro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No podría decir mucho acerca de la semana pasada, quiero decir, no es como que mi vida sea interesante por si sola; después de todo mi vida se volvió interesante – o podría decir que un desastre – después de conocer a Alejandro. Ya era fin de semana, sábado en la mañana, en mi casa, eran por mucho las 8 de la mañana. La cobija gris con negro de un oso nos cubría, Ale estaba con la mitad de su cuerpo sobre mi, podía moverme un poco. La pared verde agua y algunos posters de mis películas favoritas, también el estante viejo con algunos libros de la escuela y de los pocos comics que no se habían perdido después de todas las mudanzas. Era un cuarto pequeño a comparación de la casa con mi padre, pero era mas mi hogar.

Escuche a mi madre decirle a mi hermana que no hiciera tanto ruido, mientras que escuchaba la risa de mi hermano.

— Pst~ Ale, despierta.

— ¿Eh? – escuche un pequeño quejido y sentí como movía su cuerpo y su pierna se ponía en medio de las mías, su voz era muy baja y ronca, además de rasposa - ¿Qué hora es?

— No se, no me eh movido para no despertarte – murmure y sentí como besaba mi hombro - ¿por?

— Estoy cansado, tengo sueño – un pequeño bostezo y vi como se incorporaba en la cama, estaba sentado frente a mi, se veía completamente despeinado, tenia unas ojeras enormes y se estaba tallando sus ojos - ¿tengo algo en la cara?

— Nop, solo estaba viéndote mas detenidamente.

Me moví para bajarme de la cama y buscar otra cosa mas cómoda que la pijama – lo cual era imposible – en eso escuche un grito y pasos fuertes. Mi hermano entre corriendo al cuarto y me hermana se quedo a unos pasos en el marco de donde se supone que debería estar una puerta.

— ¡ARTURO SAL DEL CUARTO!

— ¡NO GRITEN, VAS A DESPERTAR A TU HERMANO!

— Ya estoy despierto – estire mis brazos para cargar a Arturo y abrazarlo, escuche como mi hermana se retiraba y mire a mi hermanito – ¿Qué paso?

— Me comí una galleta...

— ¿Su galleta? – intervino Alejandro, se sentó junto a mi y limpio las lagrimas de terror de mi hermano – tal vez solo fue eso, no llores, ya paso.

— Dylan me dijo que esta bien llorar.

— Si Arturito, pero hay veces que es mejor ahorrarse las lagrimas.

— Entonces, ¿Por qué Dylan llora por ti?

Sentí como si hubiera visto un muerto, quería morir en estos momentos, o que la tierra mágicamente me devorara. Dios, dame paciencia o elimíname. Mire a Arturito y el solo seguía viendo a Ale, que a su vez, tenia una mirada un poco tensa hacia mi.

— ¿Llora por mi?

— Si, dice que no quiere que mueras, llora todas las noches, yo le digo que no llore, porque tu serás un fantasma y lo podrás ver y visitar... además puede volar y traspasar paredes y...

HOY NO... (Un Amante Del invierno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora