CAPÍTULO I

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----- capítulo 1 -----
- Nueva casa, Nueva vida -

Ash - respingo mientras observo las escaleras que llevan a una puerta doble de color blanco con bellos adornos dorados que la decoran - y aquí estoy - digo mientras doy otro suspiro mientras reposo mi mano en la maleta que traigo.
Después de admirar el paisaje de la mansión que posa delante de mí decidí subir las escaleras cuando llegue a la sima me sentí Rocky Balboa triunfante por subir las escaleras con la maleta que pesaba mil elegantes.

Al dar un paso más para tocar la puerta está misma se abre sin darme esa oportunidad

Un hombre delgado con un esmoquin que solo pensé que vería en películas estaba terminando de abrir las puertas.

Bienvenida fue lo primero que escuche al pasar esas puertas blancas que para mí en ese momento se convertía en barrotes de hierro de alguna prisión.

Una mujer con ropa elegante color beige estaba Parada en unas escaleras blancas con una alfombra terciopelada y alado de ella estaba un hombre con un traje azul.

Bienvenida hija mía - dice la mujer bajando las escaleras para después dirigirse hacia mí.

Hola Elena - respondo sin ganas, la mujer se detiene a unos pasos de mí, con los brazos abiertos y con una expresión de confusión.

Cristina ven dale aún abrazo a tu madre - dice mientras hace énfasis a la última palabra.

Discúlpame Elena no puedo porque si suelto mi maleta está caerá y puede que se quiebren mis cosas - hablo mientras aprieto más mi maleta.

Entiendo querida, bueno ven te presentaré a mi marido. - dice mientras da media vuelta yo camino un poco notando que detrás de mí las puertas de mi perdición se cierran.

Marc - pronunció ella - te presento a mi hija Cristina - el hombre me mira sin expresión alguna dando notar que no le agrada nada la idea de que yo vaya a vivir a su palacio. Aunque tampoco a mí me agrada la maldita idea. - Cristina mi marido Marc - el hombre baja los pocos escalones en los que estaba parado para después tender su mano y aunque no me guste la idea de vivir con ellos, respondí su saludo, un fuerte apretón de manos como si estuviéramos cerrando un trato.

Cristina bienvenida, siente te como en tu casa - hablo el marido de aquella mujer y forzó algo parecido a una sonrisa.

Muchas gracias Sr. Marc - respondo lo más dulcemente que pueda.

Cristina deja que el mayordomo lleve tu maleta a tu habitación. - cuando terminó de decir eso el hombre que abrió la puerta se puso a un lado mío esperando que le diera mi maleta.

No, yo puedo llevarla - dije mientras sostenía el agarre de mi maleta con más presión.

Vamos Cristina, hija se nota que esa maleta pesa mucho y no creo que puedas soportar llevarla hasta tu cuarto - lo dice con un tono poco molesto para mis odios.

Elena la maleta no pesa tanto aparte he cargado cosas peores - dije mientras la retaba con la mirada.

Cristina, deja que el mayordomo lleve tu maleta hasta tu cuarto y prometo que nadie tocará nada de tus cosas - hablo Marc y entonces solté mi maleta no porque él haya dicho que nadie tocará mis cosas, si no, porque no quería pelear con él y meter en problemas al mayordomo, y entonces vi como aquel hombre comenzó a subir mi maleta.

Ven Cristina te mostraré la casa - dijo aquella mujer con una despreciable sonrisa.

Me tendrán que disculpar - hablo Marc y Elena le miró - pero me tengo que ir, tengo algunos asuntos pendientes en la oficina - termino de decir, su esposa solo asintió para después darle un beso - les veré más tarde, Cristina bienvenida nuevamente - dice lo último con una sonrisa más natural y comenzó a caminar.

Bueno, Cristina creo que tendremos un tiempo de mujeres - hablo ella mientras caminaba hacia una habitación que estaba lado de las escaleras.

Mejor no - respondo rápido mientras la miró, ella se gira y me mira con una expresión de enojo y sorpresa - prefiero irme a MI casa - hablo haciendo énfasis en la palabra mi y cruzo mis brazos.

Cristina - ella fuerza una sonrisa - ya estás en casa, es tú.

NO - elevó un poco la voz - esta es tu casa y yo quiero regresar a mi casa, donde esta mi padre, mi gato y mi perro, donde vivía felizmente antes de llegar a esta maldita jaula - suelto sin piedad veo en Elena una expresión de enojo que trata de disimular con una sonrisa.

Cristina ya lo hablamos, decidimos que te vendrías a vivir conmigo por tu bien, así que te quedas, esta es tu casa y Marc, Marc Junior, Evan y yo somos tu familia. - dice mirándome a los ojos retándome con ellos - así que sígueme que tengo que mostrarte la casa ahora, porque después no podré.

No - vuelvo a decir

Por favor no te comportes como una niña pequeña - dice ella con un poco de irritación en sus ojos.

Y tú no te comportes como mi madre porque no lo eres - respondo rápidamente - eres simplemente una asquerosa mujer que me trajo ala fuerza a vivir una vida de mierda que no quiero. - vi como ella se aproximó hacia mí con rapidez, pero yo seguí- y ahora te convertirás en la mujer que me pegará, ¿con qué derecho?, ¡no estuviste en toda mi puta vida y ahora te crees lo suficientemente para ponerme una mano encima, quiero ver, adelante pégame! - sin darme cuenta comencé a gritar y ella se detuvo frente a mí con la mano elevada. - ¿qué acaso no me vas a pegar? - termino de retarle

Vete a tu habitación - dice con los dientes apretados mientras veo como una lágrima sale de ojo izquierdo, me doy la media vuelta y me dirijo hacia las escaleras sin saber a dónde ir solo las subo cuando llegue arriba mire hacia abajo y ella ya no estaba.

Veo como el mayordomo estaba parado a lado de una puerta me acerco hacia él

Disculpa, donde as dejado mi maleta - le hablo tratando de controlar mi voz para que no suene tan brusca.

Por aquí señorita Cristina - responde mientras comienza a caminar hacia la otra puerta de alado. - bienvenida a su habitación - dice con un tono de gracia haciendo que sonría un poco.

Gracias, señor - le respondo mientras doy unos pasos hacia adentro del cuarto y buscando con la mirada mi maleta la cual estaba acomodada alado de una casa rosa - en verdad gracias - vuelvo a decir

No hay de que señorita Cristina - dice y veo como ya se va a retirar

Disculpe - lo detengo y él se detiene para mirarme - podría decirme su nombre - él asiente

Me llamo Orlando - me responde de manera neutral

Gracias Orlando - vuelvo a decir con una sonrisa.

Si llegara a ocupar algo me lo puede pedir señorita - dice con una media sonrisa para ahora sí retirarse, y encuentro cerro la puerta solté el aire que sostenía.

Maldita sea - dijo para mí misma me dirijo hacia mi maleta. - odio esto, lo odio quiero irme a mi casa y comer con papá. - abro la maleta para después sacar una foto enmarcada de nosotros con nuestras mascotas.


Los extrañó.

Chica Mala Donde viven las historias. Descúbrelo ahora