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EPÍLOGO

Pedaleando a toda velocidad llegó antes de tiempo al parque, desde a la distancia la pudo divisar esperándolo sentada en una banca de allí, con sus pies inquietos balanceándose. Le causó ternura verla maquillada, con su cabello suelto y un vestido amarillo sobre una camisa blanca, siemplemente era demasiado linda. Detuvo sus movimientos cuando ya estuvo frente a ella.

—Hola.

—Hola.—pronunció con emoción.

—Gracias por venir. —dijo, y él bajó para ayudarla a subir en la parte de trasera, con su cuerpo recargado de la goma— ¿No estabas haciendo nada?

—No importa, quería venir por ti.

—Que tierno.—rió, entonces arrancó, como si no tuviera un peso atrás, el aire golpeaba su corto cabello, moviendolo.

Ambos se sentían cómodos con el otro, sin embargo, puede que una pareja formándose sea imposible. YeoJi sentía cosas por Hoseok, y aunque le duela, debía aceptarlo, si ella era feliz, incluso si no se trataba de él, ¿Por qué se lo impediría?

Cuando llegaron, bajó de la bicicleta y lo observó expetante.

—JungKook...

—Lo entiendo, Ji. No te preocupes.—sabía muy bien lo que quería decir.

—No quiero herirte.—su voz tembló.

—No me hieres, tonta. Es más, me hace feliz ver a mis dos amigos cuidarse mutuamente. —su mano se extendió a las mejillas de ella y las apretó con ternura— Por cierto, estas muy linda hoy.

—Gracias.—pequeñas lágrimas salían de sus ojos mientras agradecía.

Los del Jeon comenzaban a arder.

—Siempre estas linda.

—Tú también. —confesó— Siempre me has parecido muy lindo.

—Bueno, entonces todo ha sido en vano, ¿No? tiempo de pelea incensario, porque para los ojos del otro éramos suficiente.

—¿Pero para ti? ¿Eres suficiente para ti mismo, Kook?

—Sí. —asintió, quitando las lágrimas que ella derramaba— Lo soy.

—Era lo que necesitaba, que te veas como yo te veo.

Pellizco su mejilla para luego apartarse y bajar de la bicicleta.

—Iré a casa ahora. —dijo— Ya no llores, me pondré triste sino.

—Esta bien, ya no lloraré.

—¿Promesa?—su dedo meñique fue extendido.

—Hum, promesa. —elevó el pulgar, tomando con fuerza el contrario— Y si lo hago siendo en vano mis dedos caerán.

Así, entre risas, ambos se alejaron para ir a sus casas. YeoJi pensó, ¿era un final feliz o triste? puede que, viendo desde otra perspectiva, solo fuera un final realista. Y estaba bien así.

me dieron ganas de hacerle una segunda parte, tal vez algún día la haga uwu