-Adiós abuelo, te veo después de clase-
-Pásalo bien jovencita- sonreí y salí de mi casa.
Esa mañana había despertado de buen humor; con muchas ganas de salir y conocer gente nueva. La verdad que no podía haber tenido un mejor talante para mi primer día de clase; era el penúltimo curso así q estaba bastante relajada, los estudios nunca habían sido un problema para mi y mientras no estuviese a las puertas de la universidad, mi tranquilidad permanecería intacta.
Habían pocas personas en la calle, así que no podría preguntarle a nadie por el camino si mi memoria fallaba, pero por suerte, Riverdale no era un sitio totalmente desconocido para mi. Como de pequeña venía algunos veranos a ver a Pop, sabía más o menos como moverme por los lugares y una de las zonas que más conocía era la del instituto; no estaba muy lejos de la casa y cerca había un parque en el que me encantaba pasar el rato.
Caminé unos quince minutos aproximadamente hasta que pude ver a algunos alumnos en la entrada. Al ingresar me percaté de que parecía más pequeño y normal de lo que recordaba. Me sorprendió también ver cómo iban vestidos algunos alumnos; habían personas con ropa normal, pero pude distinguir a un grupo de individuos con chaquetas de cuero y estampados de serpiente en la espalda que charlaban al lado de una fila de taquillas. Si soy sincera, me parecieron súper guays. Todos desprendían cierto aire de complicidad, misterio y fuerza. Seguramente me quedé mucho tiempo mirando, porque algunos se giraron en mi dirección; consiguiendo que cruzase la mirada con una chica de hebras rojas y piel chocolate. No tardé en desviar la vista y seguir con mi camino, por muy interesantes que me pareciesen, no me apetecía meterme en problemas por mirarles con demasiado ahínco; además la chica con la que crucé miradas casi parecía querer matarme con la misma. Me dirigí a lo que parecía ser la recepción y me acerqué a la señora sentada tras el mostrador.
-Buenos días señora- ella me respondió con una sonrisa. Sus ojos eran marrones y sus mejillas se llenaron de arruguitas que delataban su ya avanzada edad -Soy nueva aquí; me preguntaba si podría darme algún mapa para poder ubicarme por el centro y tal vez- mi voz fue cortada por otra más aguda
-¿Eres Keyra Hastings?- me devolví para ver a la persona que me hablaba; encontrándome así con una muchacha que llevaba el pelo rubio recogido en una cola de caballo, y portaba una sonrisa agradable en el rostro.
-Si ¿tú eres...?- hice una mueca de disculpa y ella le quitó importancia con la mano
-Soy Betty Cooper, el director me avisó de tu llegada. Voy a hacerte un tour por el centro y a explicarte algunas cosas- asentí para después darle gracias a la secretaria que al parecer se llamaba Maddie; y seguí a la encantadora chica coleta; como decidí apodarla.
-Bueno, normalmente empezaría relatando la historia del centro desde el principio; pero a los alumnos no les suele interesar mucho así que ¿Te parece bien si pasamos a la parte de ubicación?- asentí y Betty se dedicó a enseñarme donde se encontraba cada clase -Las clases comenzarán mañana oficialmente, aquí tienes el horario semanal. Estamos en la misma clase, así que si tienes alguna duda puedes acudir a mi-
-Muchas gracias Betty, la verdad que este centro no se parece en nada al que iba antes- deduje en voz alta, ella me cuestionó con la mirada y no tardé en explicarme -En mi instituto de New York las personas eran mucho más... poco amables por así decirlo. Además esto parece mucho más rústico y acogedor, allí todo eran edificios altos que le quitaban gracia a todo- la rubia río levemente y yo no tardé en acompañarla.
-¿Quieres venir a sentarte conmigo y unos amigos? Seguro que te caen genial- Asentí y la seguí hasta el jardín.
Habían muchas mesas de picnic, y se dilucidaba el campo de fútbol americano y atletismo donde un par de alumnos se ejercitaban. Algunas mesas estaban ocupadas, pero yo me fijé específicamente en la de los chicos con chaquetas de cuero, ahora eran más y charlaban alegremente ; no parecían tan serios como en los pasillos.
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Mi amor
FanfictionY tal vez, solo tal vez, podría dejar el pasado atrás. Y tal vez, solo tal vez, me podrías amar. Y tal vez, solo tal vez, te amo. Keyra no podía seguir viviendo en New York, no después de lo que había sufrido. Así que decide mudarse a Riverdale con...