Parte 5

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Sigo encerrada en esta habitación, sus cuatro paredes blancas me están haciendo alucinar cosas que no debo, estoy sentada abrazando mis piernas porque tengo frío, creo que ya son las siete de la noche, estoy nerviosa porque si mis padres llegan y no me encuentran se van a preocupar demasiado, no quiero ver a mi madre preocupada ni a mi padre enfadado.

Decido acostarme en el colchón y mirar el techo, de repente a mi miente se viene el recuerdo de lo que paso con Dylan cuando entro a la habitación para hablar conmigo.

El estaba sentado en la silla de madera, afincando los antebrazos en sus piernas, mirándome con picardía después de haber dicho lo que dijo cuando le pregunte sobre que quería, de todas las respuestas que me pudo haber dado no me esperaba esa.

— Que? - pregunté confundida

— Quiero que seas mía

— No entiendo

— Estas jugando conmigo?

— No, pero...

— Deja y te explico bien como es la cosa cariño

El se sentó derecho en la silla, arreglo las mangas de su camisa tres cuarto luego me miro y dijo:

— Antes de explicarte lo que quieres saber, ¿puedes decirme exactamente lo que escuchaste mientras nosotros  hablábamos?

Negué con la cabeza

— Vamos nena, no te haré nada malo, simplemente quiero saber para así poder explicarte

No se si decirle que si escuche todo lo que hablaron lo haga soltarme o no. Saben que, me voy a arriesgar y le diré todo

— Si escuche todo lo que hablaron, desde lo del tal gato, la tal coneja y los secuestros

Al decirle eso el miro hacía la puerta de la habitación y luego me miro a mí

— Ok, bueno entonces te explicare lo que vamos a hacer

Él respiro profundo para empezar a hablar, pero antes hable yo.

— Después de que me expliques lo que debo o vamos a hacer me vas a dejar ir?

Mi pregunta lo hizo dudar durante un momento, pero luego como que se aclaró en su mente lo que debía hacer y me respondió:

— Dependiendo de como te portes y si estas de acuerdo te dejaremos ir, pero hay condiciones las cuales luego te explicaremos todos juntos

Asentí a lo que el dijo

— Tu debes hacer todo lo que yo te diga, ninguno de los que están allá afuera pueden mandarte - dijo señalando la puerta - solamente yo puedo hacerlo - dijo apuntándose con su dedo índice

— ¿pero en que vas a mandarme? ¿Que es lo que debo hacer?

— A eso voy linda, con respecto a lo que te había dicho con que quiero que seas mía es que pasemos una noche juntos...

— Espera, que? Como se te ocurre decirme eso ? - no lo deje terminar, esta loco o que

claro que esta loco como se me ocurre preguntarme eso

— Calma si? No te estoy obligando a que lo hagamos hoy, mañana o pasado, simplemente te estoy diciendo lo que quiero - dijo poniéndose serio

— Tengo que admitir que eres guapo, y tu físico enamora pero no estoy interesada en tu propuesta

— Bueno, si no estas interesada entonces espero que disfrutes tus ultimas horas en este lugar

Dicho eso, se paro de la silla y camino hasta la puerta, yo me puse nerviosa, si aceptaba, el y los demás me dejaría salir pero tendría una condición y si no aceptaba me dejarían encerrada y podrían matarme

Amigos De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora