3: ¿Segura, blanca nieves?

32 5 43
                                    

Melody.

La fiesta a la que Frederick me había llevado había sido muy distinta a la de las películas. Yo me imagine a muchas personas en una pista bailando y con un vaso rojo con alcohol y alocandose.

No, en esa fiesta no estuve ni una hora y había conocido a dos chicas tan increibles que quería apapacharlas para siempre. Isabella era una chica que con tan solo verla ya te transmitía paz. Tiene un tema de conversación para todo y por lo que había visto antes, tiene problemas con la comida. Ya la había considerado mi amiga, incluso, ella al presentarme a Audrey nos dejó muy en claro a las dos que seriamos ese team envidiable de las chicas "Más buenas" de Alemania.

-¿Que les parece si reforzamos esta amistad con un beso de tres, bonitas?-propuso Isa y yo no me negué. Creo que el vodka ya me había estado haciendo algún efecto.

-¿Eres bisexual, Isabella?-le pregunta Audrey a Isa al separarnos de tal beso. Nunca había dado un beso de tres, ni había besado a una mujer.

-No, bonita. Lo único que me gusta comerme es a las mujeres, ¿apenas te das cuenta?

-¿Tu y Fred son novios o eres un nuevo ligue?-me pregunta Audrey ignorando la respuesta de Isa y yo niego.

Explicarles todo había sido agotador.

Al despertar estaba totalmente sola en mi cama, recordaba haber besado a Fred, tocado, pero no recuerdo si incluso llegamos a tener relaciones. Luego de regañarme a mí misma por ser una estupida que besa a un desconocido, al intentar levantarme me dio un dolor de cabeza horrible.

Bien, resaca.

Mi mundo dio vueltas y al estar en el baño y asearme, decidí salir para ver si había helado que desayunar. Al estar a punto de abrir el refrigerador, la puerta del piso se abre y yo quedo helada. ¿Era él?

-¡Buenos días bonita Mel, corazón mío y no de otro!

Al verme congelada observandolo alza sus dos brazos con dos bolsas y me enseña sus perfectos dientes blancos.

Fred era un chico que conmigo siempre estaba de buen humor, hacía comentarios sarcasticos y siempre tenía un tema de conversación. En la fiesta, en la esquina en dónde había estado durante él estaba con sus amigos, había notado que era muy.... irritante con ellos. Como con Jack, que rompió su celular y... no recuerdo más, tengo recuerdos muy leves. ¡maldito vodka!

-Buenos días, delicioso Fred-le dije y él abrió los ojos como platos y dejó las bolsas en la barra de la cocina.

Se me acerca hasta el punto de que su cercanía me molesta y solo quería tomarlo y besarlo, de nuevo.

-¿Me has dicho delicioso?

-Lo he hecho-respondí segura pero ya me estaban temblando las piernas.

-Me he dado cuenta que te gusta jugar con fuego, bonita-tenerlo tan cerca me estaba poniendo de los nervios. Y se veía tan guapo... ¿había ido a cambiarse? No era la ropa que tenía ayer.

-No, no me gusta. Me encanta-le dije aún más segura y con piernas temblorosas traté de girarme para huir lo más rapido posible de él pero mi intento fue estúpido cuando me giro de nuevo y me besó.

Me besó como si el mundo dependiera de ello, como ayer, así besaba Fred. Me tiraba del cabello de una forma que me volvía loca y él parecía notarlo. Yo también tiré de su cabello, lo besé como mejor supe para que se diera cuenta que lo necesitaba, que notara mi deseo carnal.

-¿A que estamos jugando?-me pregunta al separarnos por aire.

-No lo sé, ni siquiera sé tu edad.

-Tengo veinte.

Un Café Y Un Té Para Dos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora