La calles estaban casi vacías a pesar de ser un día soleado. Los dueños de los negocios, que habían abierto desde temprano, ahora se encontraban en sus veredas, compartiendo alguna que otra bebida refrescante.
Draken caminaba tranquilamente hacia el parque, ignorando completamente sus otras responsabilidades.
Habían pasado un par de días desde la última vez que vio a Mikey, el único contacto que mantuvieron fueron los mensajes de buenos días y buenas noches. No es que no quisiera verlo, claro que no, el tema era que, cuando fue a verlo, el día siguiente luego de dejarlo en el parque con Chifuyu, Emma fue la que lo atendió y le comunicó que el menor no quería verlo, en realidad había dicho "a nadie", pero no pudo evitar sentirlo personal. Y por si fuera poco, tampoco había recuperado su campera.
Suspiró cansado y pasó su antebrazo sobre su frente, quitando las gotas de sudor que amenazaban con caer.
Ese día habían arreglado, a través del grupo de los fundadores de la Toman, juntarse en el parque para un día de picnic y juegos, claramente idea de Mikey. Finalizó la invitación con un "pueden invitar a alguien si quieren :)", sabiendo de antemano que Baji llevaría a Chifuyu, Mitsuya a sus hermanitas y a Hakkai, Pachin a Peyan, Draken a Takemichi y, por ende, a Hinata, asique él llevaría a Emma.
Giró en una esquina y por fin pudo divisar el lugar, notando que ya habían varias motocicletas estacionadas. Paró en seco al recordar que él también tenía una, ¿por qué no la utilizó para ir hasta allí? Había salido tan distraído de su casa que ni siquiera se molestó en pensar.
—Idiota —se dijo a sí mismo. Un señor, que por su lado pasaba, se giró hacia él con el ceño fruncido, pero la mirada que le dedicó el rubio lo hizo acelerar el paso.
De lejos, el primero en divisar que se acercaba fue Pachin. Éste hablaba con Peyan tranquilamente y, a su lado, Mitsuya jugaba con Hakkai y sus hermanitas, a la par que intentaban arreglar una manta sobre el suelo.
—¿Acaso ese no es Draken? —preguntó el castaño, quien había visto como el rubio espantaba al hombre mayor.
El menor observó hacia donde señalaba su amigo, efectivamente era Draken e iba a pie.
—¿Por qué viene caminando?
Una vez lo tuvieron frente a ellos, estrecharon sus manos en un saludo brutal.
—Oye, Draken, ¿y tu motocicleta?
El mencionado sonrió con fastidio.
—La dejé en casa, nunca viene mal una caminata, es especial si el día está así.
Pachin asintió de acuerdo.
—¿Y Mikey? Creí que vendrías con él —habló esta vez Peyan.
—No, no se de él hace un par de días, creí que ya estaría aquí.
—¿Acaso pelearon?
—No, nada de eso, él simplemente dijo que no quería verme cuando fui a su casa el otro día.
—Eso me suena a pelea.
Ambos amigos comenzaron a reír, fastidiando aun más al mayor.
Mitsuya se acercó a ellos con una media sonrisa.
—Si realmente no fue una pelea, ¿entonces qué fue?
Draken giró hacia él cansado.
—Pregúntale cuando lo veas, si es que accede a verte, o a Emma si no.
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