Sasuke uchiha, un joven doncel de familia adinerada está perdidamente enamorado de su prometido Gaara( o eso cree)
Naruto Uzumaki un joven de o
que trabaja para los padres de Sasuke como el jardinero de la casa y que ama a Sasuke, pero sus labios...
Pasaban los meses y nuestra pelirroja estaba empezando a buscar trabajo, sus ahorros estaban bajando y el pequeño Naruto estaba creciendo, Kakashi aún no despertaba, la pelirroja lo visitaba todos los fines de semana, el doctor Óbito cumplió en ocultar a Kakashi, a cualquiera que preguntaba por él, se le decía que lo transfirieron a otro hospital.
Estaba saliendo de una entrevista, había dejado al pequeño en una guardería, fue a recogerlo para pasar el día con él ya que no tenía más entrevistas ese día.
Kushina: oh mi pequeño Naru, te has portado bien verdad (besando sus mejillas regordetas).
Estaba por cruzar un semáforo, cuando una hermosa limusina se paró frente a ellos, cuando las lunas bajaron, escuchó una voz conocida
Mikoto: ¿Ku, Kushina?
La pelirroja volteo rápidamente a ver aquella persona, no daba crédito a lo que veía, era su mejor amiga, mantenía su porte elegante, estaba hermosa
Kushina: ¡¡¡¡Mikoto!!!! Pero mírate, que hermosa estás
Mikoto: ¿pero tú no cambias, vas alguna parte?
Kushina: no, me dirigía a mi casa
Mikoto: entonces te invito a comer
Kushina: yo, yo no quiero molestar a tu marido
Mikoto: él está de viaje, por favor, vamos
Kushina: está bien (la pelirroja, junto al pequeño Naru subieron a la limusina y emprendieron camino a la casa de su mejor amiga.
La pelirroja observaba aquella mansión, era un lugar muy elegante, al entrar pudo ver a un pequeño azabache que venía a toda prisa, para dar la bienvenida a su amiga.
X: ¡¡madre!!, Llegaste pronto
Mikoto: hola mi pequeño, quiero presentarte a mi mejor amiga, nos conocemos desde la escuela, te acuerdas que te hable de ella (el pequeño azabache solo asintió), bueno ella es Kushina Uzumaki.
X: un gusto en conocerla Kushina San, mi nombre es Itachi Uchiha
Kushina: ¡¡¡ohh!!! ¡¡!Pero que mono es tu hijo Mikoto!!! (La azabache solo reía de las ocurrencias de su amiga).
Mikoto: él tiene ocho años, pero también tengo un pequeño de apenas dos meses de nacido, a esta hora toma su siesta, cuando despierte te lo presentaré.
La azabache llevo a su invitada al gran salón y pidió unas botanas.
Mikoto: bien ahora dime, como está Minato
Kushina: (con la mirada baja), no hay mucho que contar
Mikoto: oh vamos Kushina, no te apenas, ese pequeño es su hijo, es idéntico a él.
En ese momento la pelirroja se echó a llorar, Mikoto se acercó para abrazarla, el pequeño Naruto se había quedado dormido.
Mikoto: Itachi, por favor llévate al pequeño y acuéstalo con Sasuke
Itachi: si madre
El pequeño azabache se llevó a Naruto, el pequeño rubio no se quejó, así las mujeres se quedaron solas, Mikoto le insistió para que le contará y Kushina necesitaba desahogarse por eso empezó a contar todo lo que ha pasado en este tiempo.
Mikoto lloro con su amiga, luego preparo un té para que se relajará
Mikoto: pero que hombre tan cruel, como se le ocurre decir que ese pequeño no es de Minato, si es su viva imagen.
Kushina: por favor Mikoto, nadie debe saber del origen de mi hijo, mira lo que le pasó a Kakashi
Mikoto: tranquila yo no diré nada, ustedes están seguros aquí
Kushina: gracias, mañana seguiré buscando más empleos
Mikoto: ohh, mira no se si te interese, pero estoy buscando un ama de llaves, como te dije, yo misma me ocupo de mis hijos, pero descuido las otras labores, por eso mi esposo me dejó tener una, te interesa.
Kushina: ¡¡ohh claro!!, Pero quisiera saber si puedo traer a mi hijo
Mikoto: por supuesto, él y mis hijos serán buenos amigos, como nosotras
Kushina: gracias Mikoto, la verdad que estaba a punto de flaquear
Mikoto: ¿¿oh no, el habanero sangriento flaquear??
Ese comentario saco unas sonrisas a las mujeres
Itachi: mamá, Sasuke ya se levantó
Kushina: ohh, perdón lo levantamos
Mikoto: no te preocupes ese pequeño es de sueño ligero
Ambas mujeres se adentraron en la habitación donde estaban los infantes
Mikoto: ya verás, todo saldrá bien, quédate conmigo hasta que el regresé
Kushina: ¡¡¡lo haré dattebane!!!
Ambos amigos sonrieron mientras los infantes intentaban descansar.
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