Recuerdo de girasoles

tardes otoñales

De camino a casa pude observar que el otoño dejaba en el cielo unos colores anaranjados cada vez más pronto y que la brisa era un poco más fria cada semana, entre estos pensamientos una moto paso justo por al lado y paro delante mío.
Era el con sus ojos verdes y sus aires de malote; se bajo de la moto y espero a  que me parara pero eso, no sucedió seguí andando como si nada, y fue algo que definitivamente le molesto.
- Eh tu Enana! No vas hacerle caso a tu compañero de clase?
Eso ya fue el colmo.
- ! Quién te crees que eres dirigiéndote a mí como enana, payaso?! -dije más cabreada de lo que la situación sostenia.
- primero, no me acuerdo de tu nombre con lo cual es lo único que se me ha ocurrido - la verdad es que hizo que me sonrojara pero no sabia si era de rabia o de vergüenza- segundo, la verdad es que te da igual cómo me dirija hacia ti porque te mueres por hablar con migo.
- Ahí te equivocas, si hubiese querido hablar contigo me hubiese parado en primer lugar, pero no creo que tu cerebro te de para que tu y yo mantengamos una conversación.- esta última le dolio, y al parecer que no iba a añadir nada más seguí el paso hacia mi casa; pero de repente vi como alguien me tomaba del brazo.
- Vale, ahora enserio cuándo vamos a empezar el trabajo de ingles?
-Desde cuando te interesa el trabajo de ingles? - eso si que era una novedad, dado su comportamiento de arrogante de mierda. 

- No eres la única con estándares que cumplir sabias?. Esa sonrisa arrogante volvió a aparecer, daban ganas de abofetearle cada vez que la ponía. 

- Nos veremos en la biblioteca el jueves, es decir en dos días, correcto para el señorito?.

- Sin ninguna pega. y se fue con la moto en dirección contraria, era un idiota engreído. Sí, era  espectacular mente guapo, pero no le iba a funcionar conmigo, de ninguna de las maneras. Nunca había tenido debilidad en estas situaciones. Había tenido algunos rollos temporales, pero no me sentía cómoda abriéndome sentimentalmente a las personas, nunca he tenido ninguna relación pero no me importa, tampoco la quiero, no  conociendo lo que en verdad significaban las relaciones, mentiras, gritos, miedo y llantos, me había prometido nunca pasar por eso y pensaba cumplirlo religiosamente.

- ¿que tal todo cariño? - mi madre estaba apoyada en la pared, sus manos marcaban que había estado pintando. - Bien, estoy acabando los trabajos y luego me ocupare de los girasoles.- dije quitándome las gafas,- me parece bien, por cierto no has recibido cartas o...

- No,- dije cortante mente, no pensaba entran en las paranoias tan pronto. - bien, bien este sitio parece correcto, baja un poco la música que estas estudiando.- y  bajo las escaleras. Odiaba que sacar el tema, acabábamos de llegar y todo iba bien, el no se merecía sacarnos la sonrisa tan pronto.