Amor Sin Condición [Matt Hunter]

Capítulo 4

Eran ya las 7:30pm, así que comencé a arreglarme para la fiesta. Me di un baño y me encerré en mi habitación. Saqué de mi armario una falda de tiro alto (high waisted) negra y una crop top –que en realidad no era tan corta– blanca con líneas negras y me vestí. En cuanto al maquillaje y al peinado, no hice gran cosa. Para el peinado solo solté mi cabello e hice un par de ondas con mi rizadora, y para el maquillaje solo usé delineador en mis ojos, y para finalizar me puse un poco de perfume.

Salí de mi habitación y miré la hora en el reloj de la sala de estar. Ya eran las 8:40pm, así que me senté en el sofá y usé mi celular hasta que llegó Jessica a las 8:50pm. Me despedí de mamá y entré en el auto. Mientras nos dirigíamos a la casa de Matt, Jessica y yo íbamos cantando.

Llegamos y nos estacionamos justo en frente de la casa, salimos del auto y cruzamos la calle. En la puerta de la casa estaba parado Matt, saludando a todos los invitados que iban entrando a la casa. Lo saludé y entré. Jessica y yo íbamos caminando hacia la terraza de la casa, pero ella dijo:

—No puede ser, ¡está aqui! ¿Te importa si me voy un momento?

—No, está bien, estaré bien. Supongo...

Y se fue. Mientras esperaba a Jessica me senté en una silla que estaba en la sala de estar y como a los 5 minutos Matt se me acercó y dijo:

—¿Puedo sentarme?

—Oh, sí claro, es tu casa.

—Hahaha, cierto.

—Hahaha.

—Tu nombre es Lara, ¿cierto? —dijo con un ligero movimiento con sus cejas.

—Sip, y el tuyo Matthew, ¿verdad?

—Sí, pero puedes decirme Matt.

—Claro, Matt —dije con una risa pequeña.

—Hahaha.

Matt se quedó mirándome fijamente con esa sonrisa de lado que según Jessica, es de amor a primera vista. Yo también lo miraba, él se acercó a mí, nuestros rostros estaban a un centímetro de distancia y él me iba a besar, pero yo devié la cara y dije:

—Lo siento, es que...

—Descuida, disculpame a mí por hacerlo tan apresurado...

Jessica regresó, Matt la saludó y se fue.

—Heyyyy —dijo Jessica en un tono acusador— ¿¡qué fue eso!?

—Sólo estábamos charlando...

—Sí, charlando con sus rostros a un centímetro de distacia.