Capítulo 10

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SeHun miró alrededor con impaciencia, la luz del amanecer facilitando la tarea de escanear los rostros desconocidos de los miembros de la manada sin Alfa. Tenía un objetivo claro, estaba en busca de su BaekHyun. Desde el momento que la batalla había amainado, SeHun había estado esperando poder volver en busca de BaekHyun donde lo había dejado, pero se encontró con que su presencia era más necesitada en otro lado y no pudo acudir a su reencuentro de inmediato.

La mayoría de los Delta con los que había llegado, e incluso los de la manada de BaekHyun, JongIn y todos sus compañeros, joder, ¡hasta ChanYeol! Habían estado esperando instrucciones de él, siguiéndolo como si fuera algún tipo de líder. SeHun no sabía si era la luna llena, o el control increíble que había tenido sobre su lobo esa noche —su mente había estado más clara que nunca, con un solo objetivo en ella, salvar a BaekHyun de todo peligro—, pero había hecho que todos los lobos lo siguieran y tuvo que tomar la voz de mando para solucionar los problemas que se le habían presentado.

El primero de ellos: una manada furiosa y confundida que había pensado que estaban siendo invadidos. SeHun tuvo que reunir a todos los habitantes del pueblo a las cinco de la mañana para explicarles atentamente la situación y revelar la verdad sobre el Alfa DongHoon. No muchos se vieron sorprendidos al respecto, de hecho al ver a DongHoon atado y siendo llevado en una camioneta del Concejo, habían suspirado de alivio. SeHun podía entenderlos a niveles muy profundos.

—Pero ¿ahora qué? —le había preguntado una mujer de unos cuarenta años, abrazada en sus pijamas a sus dos hijas pequeñas. SeHun, parado en el centro de la pequeña plaza, vestido con unos pantalones que le había prestado un señor, se había encogido de hombros, sin estar seguro qué responder—. ¿El Concejo nos va a designar un nuevo Alfa?

Un murmullo de descontento pasó por la multitud.

—DongHoon fue asignado por el Concejo —ofreció un señor mayor—. No quiero que nos toque uno así de nuevo. Nos merecemos a alguien mejor.

Y ellos lo hacían, no había dudas.

Uno de los miembros del Concejo, un anciano muy viejo y arrugado, había estado junto a SeHun durante la última hora. Se había mantenido a su lado en silencio, dejando que SeHun hablara y se encargara de todo. Aún no tenía idea de por qué alguien con más autoridad que él lo estaba dejando encargarse de algo tan importante como era calmar a una manada entera, pero le había confiado la tarea y él había tratado de cumplirla. De cualquier modo, SeHun había dudado de si el anciano estaba dormido por lo taciturno que había sido, pero tras escuchar ese comentario, el viejete enderezó su espalda encorvada y se acarició lentamente la barba larga y blanca.

—Ustedes no necesitan que les asignemos un Alfa —dijo lentamente.

Los presentes de la plaza no llegaban a ser cincuenta, realmente no era una manada grande, pero en ese momento ver a cincuenta personas indignadas no fue una imagen tranquilizadora.

—¡Las manadas no funcionan sin un Alfa! —exclamó una joven.

—No vamos a unirnos a otra manada si eso es lo que está sugiriendo —dijo una voz masculina al fondo.

—Déjenlo hablar —dijo JongIn de repente, llegando a la plaza con paso calmado.

SeHun se dio vuelta para ver al líder de los Delta, quien tenía una expresión sombría. Su cabello estaba manchado de sangre, igual que su cuerpo semidesnudo. El resto de los compañeros de su equipo estaban en el mismo estado, pero se veían ilesos. Dos de ellos estaban ayudando a una figura a caminar correctamente; era JunMyeon, SeHun no tardó en reconocerlo. Y uno de los que lo estaba ayudando era BaekHyun, quien sonrió cuando hizo contacto visual con SeHun, notando su mirada de inmediato.

Omega on Top ✧ SeBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora