Capítulo 4

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—¿Por qué demonios te ofreciste a cuidarlo si no lo soportas?

Esa fue la pregunta casi histérica de ChanYeol cuando SeHun se quejó de una jaqueca provocada por su convivencia con BaekHyun por decimoquinta vez en lo que iba de la semana. Él todavía no había encontrado una respuesta que no lo hiciera querer darse la cabeza contra la pared hasta desmayarse de una contusión.

—Además, no te entiendo —continuó despotricando—. Hablas de BaekHyun como si fuera el demonio, pero hasta donde lo he conocido, es bastante simpático y comunicativo. Y por lejos muchísimo menos gruñón que tú.

—Gracias. Qué gran ayuda, hombre —le gruñó, tomándose la cabeza entre las manos. Había ido a la casa del líder de los Delta para recibir ayuda, y en cambio recibía eso. No necesitaba que le recordara que aquel demonio de dos patas era un angelito a ojos del resto.

Toda la manada sabía que SeHun estaba cuidando de BaekHyun, un Delta herido de otra manada, pero nadie realmente había llegado a notar el alcance del temperamento del pequeño Omega. Era un grano en el culo constante, siempre peleando con SeHun hasta por lo más mínimo, probablemente por el simple gusto de verlo enfurecer. El Omega bien sabía que a SeHun le gustaba que las cosas se hicieran a su manera y por eso mismo trataba de llevarle la contra en todo. La mayoría del tiempo SeHun no sabía si quería golpearlo o tomarlo de la mandíbula y callarlo con un be−...

Sin embargo, el dolor de cabeza de SeHun no era por la actitud de BaekHyun. No. Lo cierto es que a SeHun no le terminaba de desagradar el Omega a pesar de que se llevaban casi como perro y gato. Después de todo, también eran... agradables esos momentos en los que sus conversaciones se volvían juguetonas y cómplices, o cuando reinaba el silencio y la intimidad cuando le daba de comer, o le lavaba el cabello, o lo ayudaba a vestirse y a meterse a la cama. La mirada de vulnerabilidad en esos llamativos ojos verdes, y esos labios rosados y esponjosos diciendo gracias, SeHun, hacían que cualquier discusión sin sentido perdiera todo matiz de importancia.

El problema real y aquel con el que no podía lidiar, era el aroma de BaekHyun.

SeHun sentía que se iba a volver loco. Lo peor era que ni siquiera estaba seguro de que el aroma de BaekHyun afectase a otros de la misma forma en que lo afectaba a él. Solo ChanYeol había mencionado que BaekHyun olía bastante fuerte, pero había compartido bastante tiempo en la misma sala que el Omega y no había tenido dolores de cabeza como él. SeHun sentía una necesidad tan grande de tomar al Omega en brazos y frotarlo con sus propias feromonas para que oliera a él, para que sus aromas se mezclaran y el chico oliera como lo hizo en el bosque durante la misión, que reprimir ese instinto era lo que lo tenía al borde de desarrollar una migraña permanente.

—Me vuelve loco su aroma —susurró—. No sé cómo lidiar con ello.

—BaekHyun es un Omega, por lo que no es sorprendente.

SeHun alzó la cabeza y lo miró interesado.

—¿Qué sabes de los Omegas?

—Probablemente lo mismo que tú. Aunque podrías hablar con ChanHee...

ChanHee era el compañero del Alfa de la manada, y era un Omega. SeHun ni siquiera lo tenía tan presente, porque para él, aquel Omega apareado olía como cualquier otro lobo y no le llamaba la atención como BaekHyun, volviendo loco a su lobo.

—Buena idea. Quizás pueda explicarme por qué el aroma de BaekHyun es tan...

—¿Delicioso?

SeHun frunció el ceño y miró seriamente a su amigo. No había desacertado; pero también quería decir que era irresistible.

—¿De verdad no te dan ganas de saltarle encima cuando lo hueles?

Omega on Top ✧ SeBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora