Epílogo

865 136 53
                                    

SeHun se sentó lentamente en el banco del jardín de la bonita y recientemente refaccionada casa amarilla, con un pequeño cachorrito de lobo blanco con manchitas negras dormido profundamente entre sus brazos. Su pancita rosada estaba hinchada por el biberón que había tomado una media hora atrás, y SeHun esperaba que durmiera un rato más largo para poder tener un momento de silencio para él.

Ser Alfa de una manada y padre primerizo había sido difícil de equilibrar, al menos durante los primeros meses del embarazo de BaekHyun. Tomar el liderazgo de una manada de la que no conocía mucho no había sido sencillo, mucho menos lidiar con los desastres que el anterior Alfa había dejado. Poco a poco las heridas de la manada las había ido tratando y a esa altura ya eran cicatrices, pero las marcas siempre quedarían y era algo con lo que todavía estaba batallando. Eso, sumado a un Omega gruñoncito y endemoniado por un embarazo, no había sido algo simple con lo que hacer malabares en la cuerda floja. Sin embargo, con la ayuda de JunMyeon, Irene, ChanYeol y JongIn, SeHun se las había arreglado.

Dejar su antigua manada había sido mucho más fácil de lo que había creído que sería. ChanYeol estuvo con él siempre, y también se había atrevido a declararle su amor a JongIn, así que ahora veía más seguido a su ex líder de lo que probablemente debería. Pero se veía muy feliz, así que no importaba que fuera asquerosamente meloso. 

Por otro lado, JunMyeon había sido el me mayor ayuda para él. Se había convertido en su mano derecha en la manada, una ayuda que nunca había creído que tendría. El hombre era paciente y centrado y había ayudado a SeHun con absolutamente todo sin exigir nunca nada a cambio. SeHun podía entender por qué BaekHyun lo amaba tanto, y él había empezado a quererlo a su manera. Aunque JunMyeon no era el único al que había empezado a querer; al empezar a conocer a la manada de más cerca, SeHun se había ido encariñando con ellos, y estaba seguro de que ellos lo apreciaban también. Se sentía como si de a poco se hubiera ido convirtiendo en un hogar, y él estaba emocionado de poder estar ahí con BaekHyun y su pequeño hijo, poder formar una familia en un ambiente tan cálido. 

El pequeño DaeHyun gimoteó entre sus brazos y SeHun lo miró con adoración. Aún no había adoptado su forma humana desde que nació como cachorro, pero se esperaba que fuera pronto. Irene le había dicho que era normal si tardaba más de tres meses en transformarse, nada era exacto con respecto a la naturaleza y él y BaekHyun no deberían estresarse si DaeHyun tenía cuatro meses y aún no se convertía. SeHun deseaba que no faltara mucho para el gran suceso, porque BaekHyun se la pasaba comprando ropa de todos los tamaños para el pequeñito, ilusionado con el día que pudiera ver por primera vez su carita. Y SeHun no podía decir que no lo emocionaba igualmente, porque sí, él también quería ver a DaeHyun y conocer la forma humana de la semillita de amor que había florecido entre él y el amor de su vida.

Hablando de BaekHyun, este debería estar llegando en cualquier momento de su entrenamiento a los nuevos Gammas de la manada. Después de haber limpiado a los matones de DongHoon, habían necesitado un nuevo equipo de Gammas para proteger a la manada, y BaekHyun y JunMyeon se habían dedicado a entrenar a los jóvenes reclutas. BaekHyun, por esa razón, solía llegar a casa cerca del atardecer, cuando el frente de la casa se pintaba de dorado y naranja, y toda la manada caía en un silencio dulce adornado por los cantos de las aves y el constante murmullo de la brisa entre las hojas de los árboles.

Quizás convertirse en Alfa había sido todo un desafío, pero definitivamente le gustaba dónde estaba ahora. Siendo padre y líder de una manada que cada día iba creciendo más, no era lo que se había imaginado que terminaría haciendo antes de cumplir los treinta, pero allí estaba, y no cambiaría ningún tramo del camino que lo había llevado hasta allí.

DaeHyun se sacudió en sueños entre sus brazos y SeHun lo observó con una sonrisa digna de padre baboso, ese cachorro era lo más precioso en lo que se habían pasado sus ojos. Y estaba seguro de que sería un bebé hermoso.

Unas pisadas lo hicieron levantar la cabeza con una sonrisa cuando identificó de inmediato a quién le pertenecía aquel paso ligero. BaekHyun venía hacia él por el camino que llevaba a la casa, su cabello rojo brillaba bajo el sol igual que la sortija de oro que llevaba en su dedo índice.

—Bienvenido de vuelta —lo saludó SeHun en voz baja cuando BaekHyun finalmente llegó al borde del jardín—. ¿Cómo estuvo el entrenamiento?

—Bien... aunque la mitad de él me estuvieron insistiendo en que quieren venir a conocer a DaeHyun y jugar con él.

—Creo que todos están locos por Dae.

—Pero nadie más loco que nosotros.

SeHun soltó una suave risita y estiró apenas su cuello para recibir un dulce beso en ellos. BaekHyun olía mucho más tenue que como cuando lo había conocido, las marcas que se habían dejado mutuamente en el cuello al aparearse le habían permitido controlar sus feromonas. Sin embargo, tras el beso BaekHyun lo roció levemente con dulces feromonas, lo que pareció también llegar hasta DaeHyun ya que abrió los ojitos y comenzó a mover la cola emocionado.

—Creo que alguien está contento de verte —dijo SeHun, haciéndole espacio en el banco para que se sentara a su lado.

—Hola bebé, también te extrañé —saludó BaekHyun divertido, haciéndole caricias al cachorrito en la barriguita—. ¿Por qué no me dejas darte un abrazo, mh?

Inesperadamente, DaeHyun dejó de moverse tan agitado y bostezó, estirando sus patitas. Fue entonces cuando la piel de su barriguita dejó de tener vello, y la forma de su cuerpo cambió, revelando a un bebé de suave cabello negro y ojos verdes que les devolvió la mirada con una sonrisa a sus padres.

—Por Selene —susurró BaekHyun, parpadeando repetidas veces para apartar las lágrimas.

SeHun ni siquiera se molestó en parpadear, las lágrimas rodaban sus mejillas como una canilla abierta pero no podía evitarlo. El bebé era precioso, y era un calco de BaekHyun.

—Tiene tu sonrisa de diablillo —dijo emocionado, meciendo suavemente al bebé que continuaba mirándolos—. Bienvenido a ti también, DaeHyun.

BaekHyun estaba sin palabras, por lo que simplemente abrazó a SeHun por la cintura y recostó la cabeza en su hombro, sin apartar la mirada del bebito. Estiró su mano y dejó que DaeHyun jugara con sus dedos con esa sonrisa que probablemente podía competir con el sol.

—Sabes —dijo BaekHyun tras un largo rato, cuando el sol ya terminaba de esconderse tras la línea de árboles del bosque—, creo que es el bebé más hermoso que he visto en mi vida.

Sin poder evitarlo, SeHun sonrió y besó suavemente a su prometido en la frente. BaekHyun apoyó suavemente la mano sobre la suya, aquella que sostenía con cuidado a DaeHyun.

—Está hecho con muchísimo amor —explicó SeHun—, es por eso.

—Sí —respondió BaekHyun despacito, dulce, acariciando con cuidado el anillo de SeHun. El sol iba desapareciendo poco a poco, pero la calidez entre ellos cada vez era mayor—. Definitivamente. Con todo el amor del mundo.

⠀⠀

⠀⠀

⠀⠀

⠀⠀

⠀⠀

⠀⠀

⠀⠀

Necesito unos pañuelitos porque voy a extrañar mucho esta historia que definitivamente amé escribir. Al principio no había escrito un epílogo pero después pensé, ay, se merecen un final que de la sensación de felices para siempre, y saber un poquito más sobre lo que pasó con los personajes, así que salió esto.

Ojalá les haya gustado y lo hayan disfrutado, espero que nos veamos pronto en alguna otra historia. Les mando muchísimo cariño y ojalá que terminen bien el fin de semana, nos leemos pronto~ cuídense mucho.

Con amor, Pilusa

Omega on Top ✧ SeBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora