Capítulo 2

967 153 156
                                    

—No puedo creer lo rápido que hiciste que nos perdiéramos.

SeHun intencionalmente ignoró por quinta vez a BaekHyun en los últimos diez minutos. No iba a darle la razón. No tenía nada que probarle. Él solo... se había desviado un poquito de la ruta porque sus sentidos estaban abrumados. Eso era todo.

—No estamos perdidos —dijo después de un rato, caminando decididamente hacia la dirección que creyó correcta—, pero es jodidamente difícil guiarse por el olfato cuando tu aroma es todo lo que puedo oler. ¿Podrías dejar de segregar tantas feromonas? Me estás dificultando muchísimo el trabajo.

Escuchó a BaekHyun refunfuñar y pronunciar algo por lo bajo.

—¿Qué dijiste?

—¡Que no sé cómo hacer eso! —exclamó BaekHyun.

SeHun volteó en un rápido movimiento y se acercó a él para empujarlo contra un árbol. El tronco se sacudió por el golpe y algunas hojas cayeron en cámara lenta. Bajo su agarre, BaekHyun lo miró sorprendido y enojado con esos ojos verdes y profundos.

—¿Qué haces, idiota? —siseó SeHun, cerca de su pequeño rostro—. ¿Quieres que nos escuchen a veinte kilómetros de distancia?

Al menos BaekHyun tuvo la decencia de sonrojarse al entender por qué lo había acorralado, pero no parecía querer dar el brazo a torcer.

—Suéltame —dijo, relativamente más bajo que su grito anterior, y lo empujó con ambos brazos del pecho. SeHun se dejó empujar hacia atrás y le cedió espacio, frunciendo la nariz ante el olor dulzón que se pegaba a él como miel—. Tienes razón, no debería haber gritado —admitió, mirando a cualquier lado menos a él.

—¿Puedes explicarme a qué te referías con que no sabes dejar de segregar feromonas? Es algo básico.

—Pues no sé hacerlo. Me lo han intentado enseñar muchas veces, pero... mi biología es diferente.

SeHun se lo quedó mirando, como si le hubiera salido una tercera cabeza.

—¿Eres una hembra? —preguntó, no pudiendo pensar en otra explicación.

—No, eso no... —Sus ojos verdes pasaron por él con nerviosismo antes de dirigirse hacia los árboles—. Soy un Omega.

Omega. La palabra hizo eco en la mente de SeHun por unos momentos, hasta que entendió su significado.

Esta vez, cuando observó a BaekHyun, lo hizo de una forma distinta, aún más evaluativa que antes, pero menos crítica. Eso explicaba muchos aspectos del lobo que antes había juzgado. BaekHyun no era cualquier tipo de lobo; era uno distinto al resto desde su nacimiento, porque así lo había decidido la naturaleza.

Capaces de llevar al hijo de un Alfa, los Omegas siempre eran de sexo masculino y también poseían un vientre fuerte, porque estaban hechos por los dioses para poder llevar en él el hijo de un lobo grande y fuerte. Tradicionalmente, los Omegas se emparejaban con los Alfas, ya que podían soportar mejor un embarazo de ellos que una hembra. Su olor tenía mucho que ver en ello: era muy atrayente, para que el lobo más fuerte tuviera deseo de luchar por él y lo eligiera por sobre otros compañeros. Además, se decía que los Omegas eran resistentes en todos los sentidos, no solo su útero, ya que debían ser capaces de soportar un apareamiento con un Alfa, que muchas veces se daba en luna llena, cuando menor control sobre su naturaleza salvaje tenían los lobos.

Y eso lo llevaba a la siguiente pregunta: ¿qué diablos hacía un Omega en un grupo de Deltas? Ellos podían ser civilizados, pero joder, estaba claro que el Omega no estaba apareado por lo fuerte que era su olor. Todos ellos eran lobos fuertes, aunque no fueran Alfas de una manada. ¿Quién había pensado que sería buena idea que BaekHyun viniera a esta misión? Volvería a alguien loco eventualmente. Los lobos solo podían tener cierto autocontrol.

Omega on Top ✧ SeBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora