¡Bú!

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El tío Remus terminó de alisar unas arrugas en su disfraz y le sonrió con satisfacción.

—Todo listo, cachorro.

Harry mira su reflejo en el espejo de cuerpo completo y sonríe con emoción ante lo que ve. La sábana blanca fue hechizada para que lo cubriera por completo sin que se arrastre detrás de él y no se ensuciara, había dos agujeros a la altura de sus ojos para que pudiera ver sin problemas, y una boca con dientes filosos estaba dibujada en negro un poco más abajo.

El tío Remus le pasó una pequeña calabaza de plástico, para que pudiera recoger todos sus dulces sin problemas, y luego tomó la suya propia. El disfraz del tío Remus consistía en dos orejas de lobo en su cabeza, unos bigotes dibujados con marcador en sus mejillas y unos colmillos falsos. No parecía nada aterrador, según Harry, pero el tío le dijo que la idea era que Harry fuera el más tenebroso de los dos, así que no discutió más.

Si Harry era el más tenebroso, ¡entonces conseguiría más dulces!

—¡Vamos!— Harry sonrió grande, a pesar de que no podía verse bajo la sábana. El tío Remus le ofreció la mano y ambos salieron de las mazmorras hacia el piso principal de Hogwarts.

Mientras caminaban hacia el Gran Comedor, donde el tío Remus le había afirmado que estaba papá, Harry recibió muchos dulces por algunos profesores y alumnos que se encontraba en el camino. Todos parecían asustados de verlo hasta que se dieron cuenta que solo era Harry. ¡Hasta el fantasma de Barón Sanguinario y Nick Casi Decapitado, que eran fantasmas reales, se asustaron al verlo!

Pero entonces, la opinión que más importaba sobre su disfraz estaba en la mesa de profesores en el Gran Comedor, a la cual corrió a penas él y el tío Remus entraron al lugar. Se soltó del tío y evitó chocar con todos los niños a su alrededor, y luego logró ir con éxito y sin ser notado por nadie detrás de los asientos que ya estaban en su mayoría ocupados. Localizó la silla de su papá con facilidad y luego se detuvo detrás de él, lo suficientemente a un lado para que su papá lo viera si giraba la cabeza.

Cosa que hizo luego de unos momentos.

Harry pudo darse cuenta que su papá lo notó cuando detuvo la oración que le decía al director Albus y lo miraba por el rabillo del ojo, moviéndose lentamente.

—Albus— dijo su papá en voz lo suficientemente alta para que Harry lo escuchara a pesar del ruido del comedor—. No quiero que te asustes, pero hay un fantasma detrás nuestro.

Harry se rió cuando el director también se movió lentamente para mirarlo.

—¡Bú!— gritó Harry, saltando para asustar aún más y haciendo que algunos dulces se cayeran de su calabaza.

—¡Merlín!— dijo el director, tapándose el rostro con las manos.

—¡Poppy!— dice su padre, sin dejar de ver a Harry, su rostro en un ceño fruncido—. ¡Llévame a la enfermería, estoy por desmayarme!

—¡No, no, papá!— Harry abrió mucho los ojos y descubrió su rostro, levantando su disfraz con sus brazos bien estirados sobre su cabeza— ¡Soy yo, Harry!

—Oh, mocoso— Harry se rió con fuerza mientras su papá lo recogía por debajo de los brazos y lo sentó en su regazo, haciéndole un poco de cosquillas—. ¡Me diste un susto importante allí!

—¡Lo siento, lo siento!

—Mhm— su papá presionó un pequeño beso en su frente antes de volver a ponerle su disfraz correctamente—. Muy buen disfraz, Harry. Realmente aterrador.

—¡Gracias!— Harry colocó su calabaza a un lado del plato de su papá y vio al tío Remus acercándose a la mesa y sentarse al lado de su papá—. El tío Rem me ayudó. ¡Asusté a muchos viniendo aquí! ¡Y me dieron muchos dulces! ¡Y chocolates papá!

—¡Qué suerte tienes, pequeño!— el director Albus llamó su atención, y Harry vio en el momento justo cuando el director vaciaba un plato lleno de diversos dulces en su calabaza, casi logrando que se desbordara—. Aquí hay muchos dulces para que comas.

Luego de cada comida— su papá picó con un dedo levemente el estómago de Harry, haciéndolo reír.

—Luego de cada comida— asintió Harry, a pesar de que ya había comido uno o dos dulces mientras venía hacia aquí.

Por la mirada de su papá, tal vez él ya lo sabía.

—¿Cómo te fue, cachorro?— le preguntó el tío Remus cuando se terminó de acomodar en su asiento. Su papá miró con diversión el disfraz del tío.

—¡Papá casi se desmaya del miedo!

—¿De verdad?— el tío Remus miró a papá con los ojos bien abiertos, y se rió cuando este asintió con seriedad— ¡Te lo dije cachorro! Estás muy aterrador hoy.

Harry asintió con satisfacción antes de apoyarse contra el pecho de su papá y mirar el resto del Gran Comedor con interés. Todo estaba decorado con telarañas, calabazas y murciélagos, y los disfraces de los alumnos eran uno más divertido que el otro. Levantando su cabeza, miró a su papá con curiosidad.

—Papi— llamó suavemente, consciente de que estaba hablando con el tío Remus y sin querer ser malo al interrumpir la conversación. Ambos hombres lo miraron con curiosidad—, ¿de qué te disfrazaste tú?

—De pocionista— su papá le sonrió, pero Harry frunció el ceño.

—Pero estás igual que siempre...

—Claro. Yo soy pocionista, así que me vestí igual que siempre.

—Oh— Harry asintió sin más y volvió a recostarse contra su papá.

El próximo año, decidió viendo su calabaza, él y su papá se disfrazarían de lo mismo, así podrían obtener el doble de dulces.

¡Bú! [Severitus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora