Sin tiempo

7 0 0
                                    

Falta poco para cerrar la puerta,
siento las agujas del reloj rozarme rápidamente,
esta no es la realidad que quiero,
necesito volver atrás,
sentir los abrazos fuertes de mamá,
los cuentos de papá,
las comidas de la abuela cada mediodía,
necesito volver a cuando solo dolían los raspones en las rodillas,
quiero volver a no preocuparme por nada,
nadie nos advirtió sobre la soledad de crecer,
nadie nos dijo que dolería tanto,
que los recuerdos llegan y te invaden para hacerte saber que ya no es el mismo tiempo,
que los abrazos de mamá se esfumaron en la neblina de aquella mañana,
que los cuentos de papá ya no volverán a ser contados para sus niñas,
que las comidas de cada mediodía de la abuela ahora solo serán cada tanto.
Siento su perfume suave en el aire,
como si quedara un poco aún,
ya no oigo el tono de alarma de las 6 am de mamá,
ni veo a papá asomarse para vernos dormir cuando llega de trabajar,
ya no escapo en medio de la noche a la cama de la abuela para cubrirme de los miedos,
siento como toso se aleja tan rápido,
no puedo sujetarlo con mis manos débiles,
mi cuerpo tiembla y caigo sin previo aviso. No hay nadie estirando su mano. Esto era,
para esto era que nos preparaban de pequeños
de esto se trataba toda nuestra infancia,
bienvenida a la juventud,
bienvenida al infierno,
¿Sabes como sobrevivir aquí?
¿Puedes oír en el silencio? ¿Podrás ver en la oscuridad sin caer? ¿Podrás repararte una vez que la vida te rompa?
De esto se trataba todo,
ya no está mamá,
papá parece alejarse lentamente en el silencio de la noche,
siento a la abuela más frágil y pequeña,
por favor no estoy lista para nada de todo esto.
Por favor no puedo,
no aún.
Necesito volver un ratito atrás,
muy atrás,
cuando quería ser adulta sin saber que implicaba dolor.
Quiero esperar que mamá llegue con su uniforme blanco,
correr a su encuentro,
cuando aún brillaba,
cuando los demonios no la habían consumido por completo,
escuchar las voces que les ponía papá a cada personaje,
quiero sentir el olorcito a comida hecha con amor al llegar del colegio,
y,
si realmente no puedo volver a eso ni un ratito,
necesito silencio hasta entender que se acabó,
y que la vida no se va a detener hasta que yo pueda hacer que encastren todas las piezas que los recuerdos abrumadores rompieron de mi.

Cerrando el cicloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora