Capítulo 3.

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La alarma programada para sonar a las 06:40am acababa de sonar, y yo ya estaba despierta hace media hora. Ayer me quedé dormida muy temprano para lo que acostumbro, 20:30pm. ¿La razón? No hay ninguna, solo después de lo que sucedió ayer con mi padre, fui a mi habitación, lloré, y me tiré en la cama, pensando. Hasta que, solo me dormí.

Estaba en mi baño, lavándome los dientes, ya bañada, para ir de nuevo a la escuela. Que dolor, ¿no?

Salí del baño, y fui a mi closet a sacar algo de ropa cómoda. No soy la chica que su closet lo actualiza cada temporada, o cada semana. Voy de compras una vez al mes, no me dejan comprar más de seis bolsas, y voy con mi padre. ¿Qué más puedo pedir? Nótese el sarcasmo.

Saqué una blusa holgada, color blanco, llena de líneas grises, junto con unos pantalones, no tan ajustados justo a las caderas, y unas sandalias negras con decoración gris. Perfecto.

Agarré mi bolso negro, y salí de mi habitación. Baje a la cocina, y me prepare un café. Este era mi desayuno. Sí, ya sé, está mal, pero es que desde hace ya varios años, despertaba en la mañana sin tener hambre y hoy no era la excepción.

Mientras tomaba mi café, mi papá bajaba las escaleras:

-Buenos días, _____. -Dijo al entrar a la cocina.

-Hola pá. -Contesté y termine de tomar mi café.

-Ya te traje todas tus cosas, están en mi habitación. -Encogí mis hombros, y puse la taza en el lava platos.- Te las iba a dar anoche, pero noté que estabas en tu habitación, y supuse que estabas durmiendo. -Continuó mientras preparaba su sándwich.

-Como sea, gracias. -Agarré mis llaves.

-¿No dejarás que te lleve hoy a la escuela? -Me miró y metió su sándwich ya listo a la boca.

-No, gracias. Me sé el camino. -Conteste y salí de la cocina.

-¿Y no es un poco temprano para irte? Empiezas clases a las 08:30, y apenas son las 07:00. -Me siguió hasta la puerta de entrada.

-Necesito hablar unas cosas con algunos profesores, y ellos siempre llegan temprano. Adiós, te quiero. -Abrí la puerta y salí de la casa, sin dejar que hablará. La verdad, me quería ir temprano a la escuela, porque es el único lugar donde mi padre me deja estar sola, y no lo tengo detrás de mí o cosas así.

Empecé a caminar con destino a la escuela, siempre eran diez o quince minutos para llegar. Casi siempre me voy con mi padre en el auto, pero hoy no tenía ganas. Hoy no tenía ganas ni de verle la cara.

Al llegar a la escuela, no había tanta gente. Claro, era muy temprano. Los estudiantes acostumbraban a llegar a las 08:00 y la mayoría, solo llegaban tarde.

Entré en la escuela, y solo me dispuse a buscar al profesor de Matemáticas. Por los momentos, este era el único que me importaba. Busqué su salón y lo encontré ordenando todo para la clase que tendría en una hora.

-Hola profesor. -Sonreí falsamente y entré al salón.

-Hola señorita _____. Buenos días -me sonrío y extendió su mano para saludarlo, recibí su mano y luego la solté rápidamente.

-Eh, profe. Creo que usted sabe porque me encuentro aquí, ya sabe, Matemáticas. -Le dije e hice una mueca.

-Vas mal, _____. ¿Qué quieres que te diga? -Suspiró y negó con su cabeza.

Prohibido | Luke Hemmings y tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora