POV de Junjie.
Soledad.
Es lo primero que puedo sentir al ver el cielo apagado de la caverna.
¿Dónde estoy? Lo último que recuerdo es haber acompañado al grupo de chicos que protegen estas cavernas, me sentí terriblemente mal y... más nada.
¿Tal vez me desmayé?
Sí, seguro es eso pero ¿A dónde me trajeron? Siento esta caverna familiar aunque no solo pueda mirar el cielo. Parece que le falta energía de babosas, si no le hacen una infusión pronto morirá.
-¿estás bien?- me sobresalto al escuchar esa voz, no había notado que había alguien aquí conmigo ¿será la chica pelirroja? No, está voz es demasiado dulce y... me parece haberla oído antes.
Giro lentamente mi cabeza y enfoco a la persona a mi lado, no, no es la pelirroja. Veo su rostro con detalle, sus preciosos ojos azules y su cabello blanco. Es...
Es hermosa.
Se ve preocupada, y aunque quiero responder estoy demasiado embelesado admirando su belleza. Ya también tratando de recordar donde la he visto porque siento que la conozco.
-¿Junjie, estás bien?- vuelve a hablar esta vez inclinándose más a mí, siento un escalofrío cuando acaricia mi mejilla ¿estoy sonrojado? Asiento sin prestarle mucha importancia. Alzo mi mano para acariciar la suya que sigue en mi rostro, ella sonríe levemente y toma mi mano para acercarla a su rostro. Ahora soy yo quien acaricio su mejilla.
Sé quién es.
La conozco.
Ella inclina su rostro hacía mí y nuestra narices rozan.
Esta cercanía, su dulce perfume, sus preciosos ojos, su calidez...
Antes de percatarme, su nombre brota de mis labios en un suspiro.
-Kia...
Fin de POV de Junjie.
Al abrir los ojos un suspiro se escapó de la boca del Campeón del Este. Miró el techo de la habitación con detenimiento ¿había sido un sueño? ¡Que lastima! Sentía un profundo vacío en su pecho al despertar y notar que la chica albina no estaba a su lado.
-Kia...- volvió a suspirar.
Entonces se dio cuenta: su voz salía con naturalidad y ya no había dolor alguno en su garganta, su audición también había regresado, su cuerpo dolía menos pero aún tenía hambre y sed. Se incorporó notando que la cama donde se le había dejado descansar tenía sabanas beige, la habitación en la que estaba también tenía este color, algunos sueros guindaban de una barra de metal al lado de la cama y se conectaban a su brazo. En la esquina del dormitorio había una silla con su uniforme y... ¿su uniforme?
Se miró, notando que nada más traía la camisa gris que solía usar debajo de su armadura y los pantalones, su cabello estaba suelto incluso y no había rastro de su arsenal. No había nada más en el lugar, además de dos puertas que de seguro daban al exterior y otra al baño. La lámpara estaba apagada pero por la ventana entraba la luz y la brisa fresca de la tarde.
¿Cuánto tiempo habría dormido? Se sentó al borde de la cama percatándose ahora de los vendajes y gasas que tenía bajo la camisa y en uno de sus brazos. Trató de levantarse pero el dolor de antes volvió a impedirlo; necesitaba apoyarse de algo. Observó el tubo de sueros el cual que tenía afortunadamente ruedas, agarrándose con firmeza se colocó de pie; aún dolía pero podía soportarlo.
Lo primero que pensó fue mirarse al espejo, necesitaba saber por cuanto tiempo había sido controlado, saber si había cambiado su rostro, saber si Goon Doc le había hecho algo más. A duras penas llegó a la segunda puerta y la abrió, deslizó su mano por la pared hasta encontrar el interruptor y encender la luz, inmediatamente se dirigió al lavamanos para ver su reflejo. Una extraña sensación de alivio y a la vez de angustia lo invadió; seguía exactamente igual a aquel día ¿Habían pasado solo unos meses? ¿Quizás un año? No, le parecía demasiado un año, su rostro habría cambiado algo y estaba tal y como recordaba.
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Torturado
FanfictionTodos conocemos a Junjie, El Campeón de las Cavernas de Este y sabemos como se unió a la Banda de Shane. Sin embargo, ¿Qué secuelas quedaron en él al ser controlado por 20 años? A demás de aquella "cicatriz" de poder escuchar a Goon Doc ¿Qué efectos...