Algo pesado estaba en sus brazos, dormía tranquilamente bajo la atenta mirada verdosa que palmeaba su espalda.
-Shigaraki, relájate- susurro. Tomura no podía, no entendía en que momento el adolescente pensó que era una buena idea que cargara al niño -Él te quiere, desde la mañana te ha llamado.
La sensación de miedo disminuía, su curiosidad le llevo a mirar el rostro dormido que babeaba sobre su hombro, era pesado y difícil de sostener, pero de alguna manera pensó que se parecía mucho al estudiante. Lentamente se relajo y dejo su mano moverse hasta poder abrazar correctamente al infante, era imposible que tanta calidez fuera para él. Observo al estudiante y con sus labios temblosos le pidió un deseo.
-....¿Pu-Puedes, abrazarlo?- pregunto, no supo si fue escuchado, su mirada fue devuelta al pelinegro en sus brazos.
-Ustedes son muy parecidos- respondió Izuku, abrazándolos a ambos y palmeando su espalda. Se sentía bien -Aman los abrazos.
-.....¿Desaparecerá pasado mañana? ¿Cómo desaparecerá? ¿No existe una manera de-
-Shigaraki, lo estas apretando- hablo calmado. Aflojo su agarre y reviso al niño que continuaba durmiendo tranquilamente. Se suponía que era su niño y que Midoriya lo quería, si era de esa manera, continuaba pensando que ese Quirk era cruel al quitárselos. Antes de poder decir algo mas, el chico de la mirada verdosa tomo un poco de su cabello y lo acaricio -Entonces este no es el color natural.
Izuku le sonreía avergonzado mientras soltaba su cabello y rascaba su mejilla.
-No, se torno de este color. Yo tampoco recuerdo bien cuando sucedió el cambio.
-Todos dicen que se parece a mi, viendo mis fotos de niño, no veo el parecido- comento, la pequeña sonrisa persistía tras esa timidez. Era la primera vez que hablaba de esa manera con él -Quizás se parece a ti de niño, si es así, entonces eras un niño adorable.
Bajo su rostro, estaba siendo alagado, y no por cualquiera, estaba siendo alagado por ese chico.
-No tengo fotos ni recuerdos de mi niñez, no sabría decirte pero....me gusta que digas que quieres a un niño que crees, se parece a mi.
Midoriya evito su mirada un poco avergonzado y luego volvió a verle.
-¿Quieres verlo mañana? Tengo que regresar a UA, pero si quieres ver-
-¡S-Si!- respondió al instante, levantándose y acercándose al peliverde. Izuku pareció sorprendido y luego feliz con su respuesta, tomo al niño con cuidado y acerco su mano a la de él, entrelazando sus meñiques.
-En ese caso es un cita- Había un pequeño tono de complicidad y travesura en su voz, uno que le volvió loco. No quería separarse -Pequeño, despídete de papá.
¿Acaso se podía ser tan feliz? Hace unas horas había pensado que el chico que le gustaba tenía una familia y ahora sabía que en esa familia estaba incluido él, era una hermosa sorpresa que estaba disfrutando.
Los ojitos verdes apenas y se abrieron un poco, el pequeño pelinegro movió su mano hacia él, adormilado le sonrió y susurro un "Bye Bye" antes de volver a caer por el cansancio. Izuku sonrió lleno de ternura por eso.
Shigaraki avanzo otro paso y beso la cabeza de su hijo, acariciando sus cabellos con su nariz y dedos, era suave, pequeño, cálido, todo lo contrario a él, pero lo amaba. Observo al sorprendido estudiante y aun manteniéndose eufórico se dejo llevar y de igual manera beso su cabeza y acaricio sus cabellos.
-Nos vemos mañana en la fuente.
. . .
..
Ahí estaba Izuku, pensando en lo que había sucedido hace unas horas atrás. Ya era de noche y estaba acostado junto a su hijo en su pequeña cama, pensar que esa pequeña personita tenia algo de él y había nacido de un deseo de dos personas enamoradas le aceleraba el corazón. Jamás espero estar en esa situación, pero no sentía que fuera tan grabe. Tomo con cuidado la pequeña manita, y el infante dormido se aferro a unos de sus dedos.
"Después de todo, debía de ser un niño antes de un villano. ¿Por que lloro en ese momento? ¿Por que parecía tan feliz cuando le hable de nuestro hijo?" se pregunto, pensando en una posibilidad que le dio esperanzas "Quizás esta cansado de todo lo malo y quiere una familia, tal vez se siente solo."
Tomo asiento sobre la cama, mañana era un día libre, podría estar afuera desde temprano, quizás, aunque no lo cambiara por completo, podría lograr que el villano viera la posibilidad de acabar con ese odio. Solo debía mostrarle lo maravilloso que puede ser vivir una vida normal.
. . .
..
-Adivina a ¿Quién veremos hoy?- dijo, caminando hacia la fuente con una gran determinación y su hijo tomado de su mano.
-¿Oru?- respondió el menor, tratando de no tropezar mientras saltaba los cuadros de la cerámica bajo sus pies.
-No, no es All Might- Se detuvo a unos pasos de la fuente, se agacho a la altura de su pequeño y tomo sus manitas -No te lo había dicho antes, gracias por nacer. Eres una luz en la vida de las personas.
-¿Luz?
Asintió y lo tomo en brazos, restregó su mejilla contra la suya y luego pensó en que Shigaraki tenia un poco de razón en algo.
-Oye ¿Qué sucede?- Tomura se acerco al verle llorar y dejo su mano temblosa sobre sus hombros mientras trataba de encontrar alguna herida.
-Shigaraki.....¿Podemos llamarlo Hikaru?
Que su hijo llegara a su vida y luego se fuera tan rápido para jamás regresar, eso era doloroso.
-S-Si, se llamara como tu quieras. No llores.
-Pa, ¿duele?- Negó a la pregunta del niño, sosteniendo su cabeza y besando su frente cuando el menor también comenzó a sollozar. El niño se aparto de su vista y viendo a Tomura estiro su manitas para agarrarlo y tratar de acerarlo -Pa, le duele.
-No le duele, Hikaru. Tu papá es un llorón, eso es todo- trato de convencer, riendo forzadamente y sacándole una risa en el proceso, eso era verdad.
-Cierto, es bueno que no seas llorón como tu papá Hikaru. Tu eres fuerte como tu papá Shigaraki ¿verdad?
-Si- respondió, volvió abrasarle, hundiendo su rostro en el pequeño cuerpecito y sonriéndole al separarse para entregarlo a su otro padre.
-¿Ves, Shigaraki? Nuestro hijo es tan amable.
-Eso lo sé, se parece a ti- Sostuvo al niño con mucho cuidado, pero menos rígido que el día anterior -Hikaru ¿Qué quieres hacer?
Midoriya lo observaba fijamente, como sonreía y escuchaba atentamente las largas historias de su hijo mientras paseaban por el centro comercial y pensaban en lo que querían hacer. Era como ver a otra persona, pensaba algunas veces, aunque creía que ese pensamiento era injusto con el mayor, puesto que nunca lo había conocido fuera de sus papeles de héroe y villano. No sabía que podía sonreír tanto.
No era un padre perfecto, ambos solo eran chicos. Shigaraki lo consentía en todo, estaba seguro de que le compraría todo el centro comercial si no estuviera presente poniendo limites.
-Pa, subir.
Era el cartel de una montaña rusa, una para un mínimo de edad de 13 años,
Al no escuchar respuesta del adulto Izuku creyó que algo iba mal, entonces observo su rostro y se fijo que estaba en blanco, como si no supiera o que debía de decir. Luego, antes de dejarlo intervenir regreso en si, con un rostro extremadamente triste negó.
-Hikaru, eso es para niños grandes. Tu no puedes.
-....¿Mañana?
-Mañana, dices. Claro, mañana podrás- respondió, su sonrisa forzada y sus ojos sin brillo no reflejaban nada. Alzo al niño y se lo entrego antes de continuar caminado en silencio.
Era de tarde, estaban comiendo o al menos eso hacían los de ojos verdosos de la mesa. Shigaraki no había pedido nada y solo los veía comer con un rostro doloroso, le quitaba el apetito.
-Hikaru ¿Quieres ver el mar?- pregunto a su hijo, recibiendo un asentimiento ferviente del menor que le pregunto ¿Qué era un mar?