CONOCIENDO A LOS JONES

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Este día está siendo una mierdaa!!- grite nada más salir al primer recreo

-Pero mira el lado bueno! -

Dijo Hannah intentando motivar el ambiente.

- Que?! Que lado bueno hay en que vaya a vivir durante 1 Año, repito 1 puto año con tres tíos que no conozco de nada?! Porque de verdad, si tu le ves algo bueno dímelo.- solté yo sin darme cuenta de lo alto que estaba hablando.

- Sarah! Tranquilízate quieres que vayamos a la cafetería a comer algo, he oído que venden unos bollos que están buenísimos.

Justo en el clavo, mi debilidad eran los bollos y si por mi fuera los comería todos los días. Hannah sí que sabía como hacerme feliz. Así que cogí mi mochila y fuimos las dos a la cafetería.

Nada más entrar a la cafetería sentí que algo no iba bien como si todo el mundo me estuviera mirando. Seguí caminando y de repente sentí una mano en mi hombro, por instinto gire rápidamente y le di un puñetazo en la nariz, al abrir los ojos se me cayó el mundo encima.

Le había dado un puñetazo a Aaron en toda la nariz de la cual ahora salían gotas de sangre.

- ¡Aghh! Que coño te pasa?!- se quejó el

- Lo siento, no quería pegarte solo me has asustado y por instinto te he pegado.- dije yo, mientras buscaba un pañuelo en el bolso.

-Ya, me he dado cuenta de que no podemos hacerte ninguna broma porque podremos acabar muy mal, me lo apunto.- Dijo el mientras se limpiaba la nariz con la camiseta- Les tendré que avisar a Alexander y Andrew de que tengan cuidado contigo pelinegra.

Pelinegra... Cuando pronunció esa palabra mis ojos se humedecieron, empecé a ver borroso, y mi respiración se empezó a agitar.

¿Pelinegra, estás bien?- dijo Aaron un tanto preocupado.

¿Sarah, estás bien?- Dijo Hanna, también un tanto preocupada.

En ese momento, yo ya no pensaba con claridad, necesitaba un respiro, necesitaba aire, me empecé a agobiar y como pude, salí de la cafetería, lo más rápido posible. A partir de ahí no se como llegue a las gradas de la academia, lo único que tengo claro es que empuje a mucha gente y alguien me llamaba por detrás, no pude diferenciar las voces, así que sin pensarlo dos veces, me tapé las orejas y empeze a correr hasta llegar a dicho destino.

Cuando me senté en las gradas, tuve suerte de que no hubiera nadie jugando a fútbol o rugby. Me quité la mochila y puse mis rodillas junto a mi pecho, me di cuenta de que mi respiración estaba muy acelerada y las lágrimas calientes bajaban sobre mis mejillas.

- Sarah!!- escuché a alguien decir mi nombre, pero me daba igual quien fuera, en esos momentos no quería hablar con nadie. Lo que más me extrañó fue el hecho de que no era una voz femenina, como la de Hanna, sino una con un tono más ronca, más masculina y un tanto agitada.

- Sarah! ¿Estás bien?- Volvió a sonar la misma voz, pero esta vez levanté la cabeza y quedé un tanto sorprendida, no era Hanna, sino Aaron.

Espera... ¿¡ Aaron me ha estado siguiendo todo el pasillo hasta las gradas?!

¿Aaron?- pregunte confusa.

Eee si, creo que en este lugar no hay nadie más llamado Aaron ¿verdad?- dijo él con un tono gracioso que hizo que me sacara una pequeña sonrisa.

Bueno, ¿qué pasa, necesitas algo?- dije, porque eran las únicas palabras que salieron de mi boca en ese momento.

No, solo quería asegurarme de que estabas bien, y por otro lado te recuerdo este pequeño destrozo que has hecho aquí- dijo señalando la nariz que seguía roja y con sangre seca.- no se va a solucionar solo, así que... Qué te parece si me ayudas con este destrozo y yo te ayudo con lo que sea que te esta pasando. ¿Aceptas?.

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⏰ Última actualización: Jan 13, 2022 ⏰

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