CAPÍTULO DOS
Reencuentro,
Los ojos verdes de Mirai se encontraban fijos en aquel reloj, su índice golpeando la mesa en una señal de desesperación e impaciencia.
Tres... Dos... Uno.
La campana resonó por toda la escuela, y después de agradecerle a dios, Hayashi tomó sus cosas, saliendo del salón y retirándose de la preparatoria.
El clima del día era perfecto, soleado, pero no exageradamente caluroso, la brisa fría corría golpeando su rostro con delicadeza y no iba a arruinarlo por unas clases aburridas a las que no deseaba ir.Sacando sus audífonos y colocándoselos, la castaña seleccionó una de sus tantas canciones favoritas, encaminándose a la plaza en donde solía jugar un rato con otros jugadores callejeros.
Era común que después de sus clases se retrasara por una o dos horas para quedarse a jugar, y por supuesto siempre era felizmente aceptada por los demás.— ¡Hey!
Los muchos muchachos en el sitio giraron sus rostros al escuchar aquella familiar voz, Mirai sonrió sacándose los audífonos, tirando su mochila y pertenencias a un lado antes de acercarse y saludar a todos.
— ¿Qué tal? ¿Jugarás?
— La sola pregunta me ofende. — Un balón fue lanzado a ella, Hayashi sonrió mirando a ambos equipos. — Ustedes deciden.
Un piedra, papel o tijeras y la castaña quedó en uno de los dos equipos, comenzando con aquel juego. La presencia de la menor le daba una pizca de felicidad y emoción al sitio con tan sólo observar la enorme sonrisa en su rostro o sus vibras competitivas y deseosas de ganar.
Un grupo de personas pasaba por el sitio, sorprendiéndose al ver a una chica de mediana estatura entre enormes jóvenes quienes luchaba por arrebatarle el balón.
Uno, dos, tres, cuatro movimientos y la menor había conseguido un nuevo punto gracias a la estrella.— Siempre ganamos gracias a ti, Hayashi.
— No es nada. — Chocando sus puños la castaña se dirigió a tomar sus cosas.
— ¡Nos vemos! — Con un ademán, Mirai se despidió, reanudando su camino a casa.
Unos ojos azules le siguieron lentamente hasta verle desaparecer con la lejanía.
— La conozco. — Una de las tantas personas que formaban el grupo llamó la atención de los demás.
— ¿Sabes algo? Alguien como ella no vendría mal a la pandilla. — Bromearon.
— La quiero en Brahman. — La sorpresa en los demás fue evidente.
Hayashi caminaba sin prisa alguna, escuchando música hasta que algo llamó su atención.
Gotas.
Gotas de lluvia comenzaron a descender lentamente, aumentando su ritmo rápidamente. Mirai chasqueó la lengua, y guardando su móvil comenzó a correr hacia su hogar.
Mojarse cuando llovía no era de las cosas que más le agradaran. Sus pestañas cargaban con gruesas gotas de agua, y aunque las limpiara siempre volvían a acumularse.
Unas fuertes pisadas acercándose llamaron su atención, y al detenerse y girarse repentinamente sintió algo impactar contra ella, haciendo que ambos cayeran.— Carajo, fíjate. — Hayashi tomó su mochila, colocándose nuevamente de pie y estirando su mano para ayudar al extraño. — ¿Estás bien?
Tomando de su mano, el contrario se levantó, mirando a la castaña.
Mirai sintió su cuerpo entero helarse al encontrarse con unos brillantes ojos azules decorados por unas largas y hermosas pestañas.
Las palabras simplemente desaparecieron de su diccionario.
— Mirai. — Una sonrisa se estiró en el rostro contrario. — Ha pasado mucho tiempo ¿No?
Era como si todo a su alrededor se hubiera congelado y sólo existieran ella, la otra persona y la incesante lluvia que les mojaba.
Su rostro serio comenzó a preocupar a quien tomaba de su mano.— ¿Mirai?
— Sí... Ha pasado mucho. — Hayashi bajó la mirada, notando sus manos tomadas. — Senju.
— Aún te acuerdas de mí, eso me alegra. — La albina se acercó, Mirai retrocedió un par de pasos.
— ¿En dónde te habías metido? — La mayor negó, soltando sus manos, sintiendo inmediatamente el frío por la falta de contacto. — Te fuiste y... Desapareciste por tanto tiempo.
— Sobre eso... Lo siento. — Mirai le observó confundida. — Creé una pandilla con ayuda de unos amigos, tal como te dije.
— Sí, lo recuerdo. — Hayashi suspiró. — Me alegra que no estés muerta aún.
— Soy fuerte. — Senju sonrió, su sonrisa se transformó en una expresión inquieta. — Mirai, yo... Quería saber si... Nosotras...
— ¿Seguimos siendo amigas? — La albina asintió. — Qué estúpida pregunta. Me genera molestia.
— ¿Qué quieres decir?
— Akashi, aquí no, hace frío y terminaremos resfriadas. Vamos a casa.
Senju asintió, siguiendo a la mayor cuando esta comenzó a caminar a paso rápido, sintiendo su cuerpo temblar ante el frío.
— ¿Aún te gusta el chocolate caliente?
— Sí, me gusta.
No pasó mucho hasta que la casa de la castaña se dejara ver, entrando las dos chicas al llegar.
— Te prestaré algo de ropa, acompáñame. — Akashi no respondió, siguiendo a la mayor entraron a su habitación en donde la castaña tomó varias prendas de ropa las cuales entregó a la albina. — Sabes en donde está el baño, dúchate o enfermarás.
— Gracias, Mirai. — La mayor asintió, tomando ropa también, dirigiéndose al baño de sus padres para ducharse y después cambiarse.
El grandioso día soleado se había vuelto gris y frío, y no había nada mejor para un día así que tomar una taza de chocolate y enrollarse entre sus sábanas hasta quedarse dormida.
Tampoco venía mal tener compañía.
Hayashi salió del baño ya vestida, así que bajó a la cocina y preparó dos tazas de chocolate caliente y unos cuántos bocadillos para comer mientras esperaban que la lluvia cesara.
Las pisadas en las escaleras avisaron de antemano la llegada de la albina, quien se quedó en el marco de la entrada a la cocina, observando a Hayashi.— Deja de mirarme. — Tomando la bandeja la mayor señaló la sala de estar, Senju le siguió, sentándose juntas en el sofá y tomando una de las sábanas que allí había para cubrirse juntas mientras observaban la TV.
— Mirai-
— Sobre lo que preguntaste antes... — Hayashi suspiró, una pequeña sonrisa decoró sus labios momentos después. — Sí... Seguimos siendo amigas, Senju.
Los ojos de la albina brillaron por un segundo, sintiéndose feliz de saber que su amistad aún continuaba a pesar de tantos años de su ausencia.
Mirai sintió a la menor acercarse más a su cuerpo, buscando de un poco de calor corporal mientras bebía de su taza de chocolate.Una sonrisa se estiró en el rostro de la mayor, apoyando su cabeza sobre la cabeza contraria.
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𝐑𝐚𝐢𝐧𝐲 𝐃𝐚𝐲 [𝐒𝐞𝐧𝐣𝐮 𝐊𝐚𝐰𝐚𝐫𝐚𝐠𝐢 𝐱 𝐎𝐜]
Fanfiction【Una despedida bajo la lluvia, y un reencuentro bajo la misma. De la amistad al amor solo hay medio paso ¿No es así?】 ↬ WARNING ・Historia corta. ・Este libro no sigue la trama original del manga. ・Personaje x Oc. ・Fem x Fem. ・Los personajes son pe...