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La nueva rutina que estaba tomando no era para nada incomoda, más bien diría que es algo divertida.

¿Por qué?

No lo sé, ni el lo sabe.

Hace apenas 17 días desde la cena en la cual Jeon Jungkook tuvo el atrevimiento de pedirle cortejo. Ya era costumbre que el alfa pasará por el diario. Aunque cada quien en sus respectivos automóviles, y con apenas unas cuantas palabras de por medio, si quizá era raro pero cómodo para ambos.

Cuando le contó a Yoongi todo lo que estaba pasando estuvo igual o peor de frustrado y indignado que el. Ya después de unas dos horas estaba haciendo de drama Queen por no saber que ponerse el día de su boda.

Además de que no tenía más de dos semanas y los malditos preparativos de la boda, ya lo tenían hasta la coronilla.

Diario era lo mismo, Taehyung aquí Taehyung allá. Y quién sabe cuántas cosas más.

Y a eso sumando que tenía todas las actividades que a diario realizaba, dándole el plus de que ChangBing estaba más pegajoso a el, era como de esos chicles que se te pegan en el zapato cuando vas caminando por la calle y por más que quieras quitarlo no se va.

Y Jeon estaba igual de indiferente, si no fuera por lo de llegar "juntos" a la escuela, fuera como si de dos extraños se tratarán. Si bien habían quedado en ser amigos lo eran (según ellos) solo que había algo que aún no dejaba que se creará la suficiente confianza para que fueran más cercanos.

En este preciso momento apenas eran las 3:47 de la mañana. Ya muy arto de la maldita situación diaria, tenía un magnífico plan.

Sabía que a esa hora no había nadie despierto. Se ducho rápidamente, arreglo muy bien. Cuando ya estuvo listo tomo su abrigo, su gorrito y guantes junto a una pequeña frazada. Las llaves de su auto, su pequeño bolso y la mini maleta que había realizado el día anterior, salió de su habitación totalmente en silencio.

Cuando estuvo exitosamente fuera de su casa prendió el carro, rezando a quien fuera que le ayudará, que nadie se despertara.

Llegó al portón y con cuidado presiono el botón de el mismo. Pocos segundos pasaron para cuándo ya estuvo fuera.

Lo había logrado.

Unos días, eso necesitaba.

Sin pensarlo más, emprendió rumbo a dónde sea que fuera, puso la radio y una preciosa risa cuadrada adorno su lindo rostro.

Unos 40 minutos después se encontraba en estacionado en la orilla de la playa esperando por el bonito amanecer que se avecinaba.

Bebió de su chocolatito que se había preparado la noche anterior y mordió su sandwich de pavo mientras escuchaba Everything i wanted.

Su lobo estaba muy emocionado.

A los pocos minutos fue testigo de como el precioso cielo se pintaba de tonos rosas y naranjas con algo amarillo. Siendo esto lo que logró cautivar a su Omega a querer salir y el no era quien para prohibirse lo.

Bajo del auto y poco a poco fue quitando una a una de sus prendas hasta quedar en el pequeño calzoncillo de seda azul cielo que portaba. El frío azotando su anatomía y estremeciendo lo cómo nunca.

Concentró su mirada en el ligero sol que se podía ver y cerro sus bellos ojitos. Segundos más tarde en su lugar se encontraba un lindo lobito blanco de no más de un metro de altura con sus preciosos ojos lilas perlados tan intensos como aquel amanecer. Ya estaba en sus cuatro patas y no desaprovecho la oportunidad que tenía, su necesidad de correr eufórico sintiendo el aire pegar en su lindo y fino pelaje, su lengua de fuera sintiendo la baba escurrir, su cola esponjosa moviéndose tan altanera mente.

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⏰ Última actualización: Dec 26, 2021 ⏰

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