⚜️LA REINA OSCURA⚜️

[013]

Sábado 21 de Septiembre

19:44 p.m.

-No puede ser.

-¡En serio! Luego me echó la culpa. Mis padres creyeron que había tenido una orgía bajo su techo.

-¿Que?- bebo de mi bebida.

Luego de jugar a los bolos pasamos por un dragon fruit para mí y un café de vainilla para él al café que siempre voy con las chicas.

-Yo había llevado una chica pero Jessie llevó dos chicos. Mi padre los atrapó saliendo de mi habitación... desnudos.

Me atragando con mi dragon fruit cuando me empiezo a reír.

-¿Cómo llegaron a tu habitación?- pregunto cuándo me recupero.

-Jesse no quería que vieran el desastre en su habitación y se le olvidó decirme que iría a la mía.

-Que asco.

-Si. Quemé las sabanas luego de eso.

-Oh por dios. Amo a Jesse.

-¿Acaso el tuvo tu corazón primero?

-Lo dices como si tú lo fueras a tener.

-Me lo ganaré. Lo verás.

Suelto otra carcajada.

-No puedo esperar para ver eso.

Corremos bajo la lluvia hacia el auto de Milo.

Cierro la puerta riendo junto con él.

-Espero que tus hermanos no piensen mal de mí por llevarte mojada.

-Ellos esperarían otro tipo de humedad de mi parte, no te preocupes- bromeo.

Se carcajea por mi comentario.

-Si es lo que quieres no tengo problema.

-No por el momento. Pero buen intento.

Avanza hacia la fraternidad.

Unos minutos después estoy entrando, goteando el piso, con mi dragon fruit en la mano y mi bolsa en la otra.

-¡Mazekeen Arya Black Milani!

Cierro los ojos con fuerza.

-¿Por qué llegaste demasiado tarde? ¿Sabes que vamos tarde?

-¿Dijiste mi nombre completo, rubia?

-Te hice una pregunta- me responde Caleb.

-Yo igual.

-Pues si, lo hice. Ahora tú responde.

-Pues llegué tarde porque tenía planes para hoy y no seas exagerado. No vamos tarde.

-Ojalá tardes vistiéndote- amenaza.

-No me lo digas así, sabes que soy capaz solo para joderte- respondo subiendo las escaleras.

-¡Irás con Morgan!- me grita desde abajo.

-¡¿Ese es tu castigo?!

-¡Es una simple decisión ya que ambos llegaron tarde, Mazekeen!

-¡Deja de decirme así!

-¡Apúrate Mazekeen!

-¡CALEB, YA!

Su carcajada es lo último que escucho antes de cerrar la puerta de mi habitación.