Capítulo 27 - Reunión

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Capítulo 27 - Reunión

Kaien miró a sus dos subordinados. Sentaro parecía deprimido, mientras que Kiyone estaba a punto de rebotar en las paredes de la emoción. "¿Qué les pasa a ustedes dos?" Kaien preguntó.

"¡Gané el be-et! ¡Gané el be-et!" Kiyone cantó.

"Sí, bueno, es mejor que ustedes dos payasos se comporten mejor en esta clase. No avergüencen al capitán más de lo que ya lo han hecho."

"¡No lo haremos!"

Ichigo se paró en su lugar en la fila mientras comenzaba el Combate Práctico. Matsumura estaba demostrando las técnicas que los estudiantes de primer año tratarían de dominar al final del período de clase, mientras que los estudiantes mayores esperaban pacientemente que les enseñaran sus propias técnicas.

La puerta de la sala de entrenamiento se abrió con un crujido e Ichigo se puso rígido cuando Ukitake entró, sus tres subordinados siguieron detrás y parecían bastante molestos.

"Lo siento, llegamos tarde; tuvimos que ayudar a algunos estudiantes lesionados en nuestra última clase a llegar a la enfermería", explicó Ukitake. Él y sus subordinados se sentaron en el borde del área de entrenamiento en unos cojines convenientemente ubicados. Matsumura continuó instruyendo sin perder el ritmo, aunque algunos de los estudiantes se movieron nerviosamente.

Después de que Matsumura terminó de instruir a los otros estudiantes, llevó a Ichigo a un lado y comenzó a enseñarle movimientos que combinaban hakuda y hoho y le daban problemas a la mayoría de los de séptimo año. Ichigo sonrió para sus adentros - Sentaro ya había accedido a comprar el licor, y demostrar sus verdaderas habilidades de hakuda solo frotaría sal en la herida.

Sentaro escudriñó al sensei mientras le mostraba un movimiento hakuda / hoho que era una de las técnicas más avanzadas de séptimo año para Kurosaki, un estudiante de primer año que supuestamente era terrible en hakuda. ¿Qué diablos estaba pensando Matsumura?

Entonces, por supuesto, Kurosaki tuvo que realizar el movimiento perfectamente en su primer intento.

Sentaro farfulló incoherentemente, señalando al estudiante de primer año. Kiyone y el teniente Kaien siguieron su dedo hacia Kurosaki, quien los estaba mirando por el rabillo del ojo y tratando de esconder una sonrisa pero fallando.

Kurosaki hizo una impresionante serie de giros y patadas que lo depositaron justo en frente de Sentaro. Sentaro soltó, "¡Eres bueno en hakuda!" Ante el asentimiento de Kurosaki, Sentaro balbuceó, "Pero - quiero decir - ¡fuiste malo durante la clase de hakuda!" Se dio cuenta de ello. "¡Lo estabas haciendo mal a propósito!" Le dijo a Kiyone: "¡Ahora deberías ser tú quien compre sake!"

"Esa no es la forma en que funciona, Sentaro", se rió Kiyone. "Ya accediste a comprar el sake después de hakuda. ¡Aún tendrás que pagar la cuenta!"

"Ella tiene razón, ya sabes," insertó Kurosaki.

Sentaro parecía listo para saltar y atacar al estudiante de primer año, pero una mano firme sobre su brazo lo detuvo. "No voy a permitir que mis subordinados ataquen a los estudiantes aquí, Sentaro", dijo el teniente Kaien con firmeza. Su mirada viajó a Kurosaki con curiosidad, pero pronto volvió a Sentaro. "Cuidado con nuestro comportamiento. No quisiéramos que los estudiantes tuvieran miedo del 13º escuadrón, ¿verdad?"

Sentaro murmuró una respuesta que podría haber sido "No, señor" o "¿A quién le importa?" pero el teniente pareció apaciguarse. Para ese momento, ese maldito estudiante de primer año también había desaparecido entre la multitud de estudiantes agitados ...

Kaien observó atentamente a Sentaro durante el resto de la clase, pero su subordinado parecía contento con simplemente enviar miradas en dirección a Kurosaki. El estudiante de primer año estaba realizando movimientos avanzados sin problemas. También sonreía satisfecho, lo que hizo que Kaien se preguntara qué tan valiente era realmente el niño: simultáneamente le había hecho una broma a Sentaro, haciéndolo parecer un tonto, mientras lo obligaba a prometer que compraría sake para alguien. El capitán Kyoraku, quizás, dada la reacción extrema de Sentaro.

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