Semáforos verdes

91 9 0
                                    

Hoy me he levantado y he querido ser yo. Suena extraño que después de "Semáforos rojos" esté escribiendo sobre avances y continuaciones, pero a veces, no todo es tan triste como se pinta. A veces, es hasta bonito. La verdad es que siempre me dieron más miedo las continuaciones que los principios pero estoy preparada para empezar a estallar con «Semáforos verdes»

Veréis, hoy me he levantado queriendo ser yo. Y me he dado cuenta de que quería ser yo cuando me he dado la vuelta y ahí estabas, tú... con tu pelo revuelto cayendo por tu frente, créeme que no he podido evitar acariciarte, envolverme en las sábanas, sentarme y quedarme mirándote. Porque así, así como lo veo yo, todo es más bonito cuando lo vemos juntos. No sé con qué pretexto o con qué finalidad me puse a escribir, pero recuerdo haberme vestido y haberte despertado con mis intentos rídiculos de mantener el equilibrio y tropezándome con todo. Te has despertado, me has sonreído y te has lanzado a besarme a mí mis ganas de acercarme a besarte yo. Y con nuestra gran sonrisa nos hemos ido juntos de la mano a pasear por toda la ciudad, a sonreír a todo el mundo, a reírnos de todos aquellos que nos dijeron que no podíamos, y míranos, podemos, y además con todo. Nos hemos cruzado con millones de personas, y todas ellas diferentes. A veces aún me sorprende como cada día pasamos por las mismas calles y todas las personas son diferentes a las que vimos ayer, antes de ayer, la semana pasada, no lo sé. Hoy ha cambiado algo en mí, hoy has llegado tú, y bueno, también llegaste en invierno, pero que llegaste y ya nada me pareció triste, ya todo era bonito. La gente sigue apresurada, ya sabes, como todos los días. No para por nada ni por nadie, pero tampoco lo hace la vida. Ahora,mírame a los ojos, que estamos girando la esquina, que a nosotros no nos para nadie, que todo se tiene y todo se puede hasta el final. Ya sabes, que hay finales alternativos e indispensables, pero que esto dure lo que pueda, lo que deba, lo que quiera pero que mientras yo baje la mirada al suelo y vea tu mano entrelazada con la mía, ya te digo yo, que un final no es ni imaginable. Hemos girado de calle y me sigues pareciendo igual de bonito que en la anterior. Tu risa sigue intacta y mis ganas de besarla no son menos. Así que te beso, me dices que pare que el semáforo está en verde y estamos interrumpiendo el paso a alguien, pero de pronto, el semáforo se ha puesto en rojo y yo me he limitado a cruzar corriendo y cómo no, riendo, contigo de la mano porque ya no me da miedo más que el dejar de sostenerte.

El placer de habernos perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora